Puigdemont antes de una rueda de prensa en Argelers
POLÍTICA

Carles Puigdemont, en manos de la militancia de ERC

La tentadora posibilidad de enviar a Junts a la oposición puede decantar la balanza

ERC ha aprobado el acuerdo de investidura con el PSC que ahora tendrá que ser ratificado por la militancia. Tras una reunión maratoniana de diez horas, los republicanos confirmaron el pacto para investir a Salvador Illa, que incluye un ‘concierto económico solidario’ para que Cataluña pueda recaudar sus impuestos y salir del régimen común de financiamiento.

En la decisión han confluido varios factores, como la crisis interna de ERC y el riesgo de unas nuevas elecciones, pero también y sobre todo su guerra particular con Junts.

Hay que recordar que en las elecciones del 12 de mayo Junts dio el sorpasso a ERC con 15 diputados más. Con este preacuerdo, Esquerra consigue recuperar la iniciativa y dejar a Junts en la oposición y a Carles Puigdemont en una posición más delicada si cabe.

La situación del expresidente ya era de por sí complicada, con la amnistía en el aire y debatiéndose si volver a Cataluña -arriesgándose a ser detenido- o volver a traicionar a su palabra. Hasta el último momento ha intentado utilizar la baza de su regreso para boicotear las negociaciones con el PSC. El acuerdo de investidura deja ahora el futuro de Carles Puigdemont en manos de la militancia de ERC.

En manos de la militancia de Esquerra

Si la militancia avala el preacuerdo, enviará definitivamente a Junts a la oposición y dejará en el aire el futuro de Carles Puigdemont. Su figura ya está muy cuestionada dentro de la formación y la investidura de Illa le dejaría aún más debilitado. El sector convergente de Junts considera que la figura de Puigdemont está agotada y les ha llevado al aislamiento y la irrelevancia política, lo cual se confirmaría con la investidura de Salvador Illa.

Marta Rovira y Carles Puigdemont con cara de pocos amigos y de fondo una imagen difuminada del Parlament de Catalunya

Sin poder territorial, cuatro años más de oposición representaría un golpe duro para un partido acostumbrado a gobernar. Los sectores conservadores de Junts piden un cambio de rumbo que relance el partido como una alternativa de gobierno de orden y fiable. La militancia de ERC tiene ahora la posibilidad de enviar a Junts a la oposición, y eso puede acabar decantando la balanza en la decisión final.

Además, el simple hecho de que su futuro acabe dependiendo de la militancia de ERC supone una humillación para Carles Puigdemont. Y solo le deja una salida desesperada.

A Puigdemont ya solo le queda volver

En el acto de Elna de este pasado sábado, Carles Puigdemont anunció su intención de volver a Cataluña. Durante las últimas semanas se ha debatido entre quedarse en el sur de Francia para evitar la detención o cruzar la frontera para volver a Cataluña. 

Ahora, con Salvador Illa a un paso de la Generalitat, a Puigdemont no le queda más opción que volver para salvar su proyecto político. Junts lleva tiempo preparando un regreso mesiánico que vuelva a movilizar al independentismo y lo aglutine en torno a la figura del expresident. Será la única forma de condicionar la legislatura de Illa y retratar a ERC como traidores.

Su entorno da por hecho que será detenido, pero incluso eso puede jugar a su favor. La pregunta es si el 'efecto regreso' y el martirio del encarcelamiento será suficiente para revertir la difícil situación del partido. Esto plantea otro dilema para Carles Puigdemont, que tiene que ver con su particular relación con el PSOE de Pedro Sánchez.

Otro dilema para Carles Puigdemont

El acuerdo de ERC con el PSC no solo condena a Junts a la oposición en Cataluña sino que también les debilita en Madrid. Esquerra recupera la categoría de socio preferencial en el Gobierno de Pedro Sánchez. Junts sigue teniendo la llave, pero hacer caer al gobierno ya no parece algo tan ventajoso.

Con todas sus contradicciones, la posición de fuerza de Junts en Madrid es el último resquicio de poder que les queda. Forzar unas nuevas elecciones en las que tanto ERC como Junts podrían seguir perdiendo diputados no parece una buena opción. Pero Calres Puigdemont es impresible, y podría ver las nuevas elecciones como un golpe al PSOE para condicionar el gobierno de Salvador Illa y sacudir el panorama político.

El problema para Puigdemont es que cada vez está más acorralado, y da la sensación de que tome la decisión que tome tiene las de perder. Y lo que es peor, pese a tener 15 diputados más parece volver a estar a merced de ERC.

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