Montaje de una imagen de Carles Puigdemont con el logo roto de Junts per Catalunya
POLÍTICA

Adiós a Junts: Puigdemont explora nuevos caminos

El expresident busca una salida personal tras asumir el fracaso del procés

Desde que se materializó el sueño de la amnistía, los mandamases de Junts no dejan de rogarle a Carles Puigdemont que asuma el reto de las elecciones al Parlament. Las últimas encuestas dicen que es el favorito de los catalanes para la presidencia de la Generalitat, y los suyos le ven como el único que puede salvar el barco de Junts del naufragio. El problema es que el expresident tiene otros planes.

Su plan es presentarse a las próximas elecciones europeas, y relanzar su rol internacional mientras su lugarteniente en Cataluña, Jordi Turull, se dedica a las “cosas de casa”. En el fondo, Puigdemont asume que el proyecto de Junts ha fracasado. Ahora busca una salida personal, que ya no pasa por salvar el partido.

El líder en la sombra de Junts está forzando un giro a la derecha para recuperar la vieja  Convergència y acercarse, por poco que sea, a su hegemonía. El problema, y él lo sabe, es que el Procés ha destruído los viejos espacios políticos en Cataluña. Y ahora hay otras fuerzas llamadas a ocupar el espacio del nacionalismo (independentismo) conservador.

Adiós a Junts, y hacia un nuevo proyecto

Así las cosas, Puigdemont cree que asumir la tarea de resucitar al partido es un riesgo y un desgaste innecesario. Por eso ve su futuro político en Bruselas, en Europa, donde estos años se ha movido como pez en el agua. Liberado del estigma penal gracias a la amnistía, el expresident quiere recuperar prestigio y renovar su liderazgo del movimiento independentista internacional.

Plano medio de Carles Puigdemont de pie detrás de un atril con un fondo azul en una rueda de prensa en Bruselas

Una de las ideas del expresident es, una vez asumido el fracaso del partido, relanzar el proyecto del Consell de la República. Puigdemont será reelegido presidente de este órgano de forma inminente. Con su poder consolidado, su intención es regenerar el ente para que vuelva a ser un polo de atracción de adeptos a la causa independentista.

Luego está la cuestión económica, nada baladí. Antes de las elecciones del 23-J, Puigdemont se veía sin poder y perseguido por la justicia europea, y ahora se ve con un cargo europeo a la vista y la pensión de expresident gracias a la amnistía. Por si fuera poco, su mujer ha conservado el trabajo en la televisión de la diputación con sueldazo incluido.

Tercera vía del independentismo

Otra cosa que tiene claro Carles Puigdemont es que la vía unilateral ha muerto, y que su única posibilidad de reinventarse es explorar una nueva vía. Un punto intermedio entre la renuncia total que para él significa la estrategia de ERC, y los nuevos impulsos radicales que representan la ANC o Aliança Catalana. En medio, piensa él, hay un espacio fértil en el que poder crecer.

La pregunta ahora es si es posible poner en marcha otro procés, y Carles Puigdemont parece dispuesto a intentarlo. Se compara con Oriol Junqueras e interpreta que a diferencia de su adversario él aún tiene capital político de sobra. Y el pacto con el PSOE y la amnistía ha abierto nuevas posibilidades para seguir estirando el chicle del procés.

Lo que queda claro es que la independencia ya no es una prioridad, ni siquiera una opción real. Ahora más que nunca, se ha convertido para Puigdemont en un medio en el que sobrevivir y poder resurgir tardo o temprano como un nuevo líder. El resto son debate ideológicos y estrategias de partido que ya le quedan demasiado lejos. 

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