Primer plano de Carles Puigdemont visiblemente preocupado

POLÍTICA

Carles Puigdemont, una de cal y otra de arena

El líder de Junts juega al equilibrismo para pactar con el PSOE y no enfadar al votante indepe

Carles Puigdemont se está acostumbrando al funambulismo político para mantener su posición de tótem del independentismo radical. Una vez más, la conmemoración del uno de octubre se centró en su figura y siguió recibiendo aplausos y vítores. Las 4.500 personas que se congregaron en plaça Catalunya no dudaron en silbar a Òmnium y demostrar que Carles Puigdemont sigue siendo su president.

Se atesora complicado poder pactar con Pedro Sánchez y mantener la popularidad entre el indepe más intransigente. Más cuando el propio Puigdemont aseguraba este domingo que "la lucha" debía seguir "sin perder los puntos cardinales, ni malvenderlos buscando salidas personales". La ley de amnistía que negocia Junts es esto: una salida personal para el propio Puigdemont y los suyos, que benificiaría a un centenar de personas. 

Puigdemont sigue siendo impredecible. Poco a poco va moldeando su discurso para justificar su acuerdo con el PSOE y da mensajes para crear su propio marco mental. Por un lado pide mantener el espíritu del uno de octubre. Minutos antes aseguraba: "Hoy las cosas han empezado a cambiar, no lo bastante ni mucho menos, pero sí en la buena dirección. Hace falta que entre nosotros exploremos más este camino y de manera más efectiva".

Una de cal y otra de arena de Carles Puigdemont. Su mensaje fue el último del acto para mostrar quién manda realmente entre el independentismo más radical. Si minutos antes la presidenta de la ANC pedía la independencia el "mismo día que se aprobara la ley de amnistía", Waterloo pisa el freno. 

El líder de Junts ha encontrado de momento el modo de "donar peixet" a los suyos. Su figura sigue siendo venerada por el independentista de la calle, el que aún sale por la Diada, que no se acaba de creer que Puigdemont pueda pactar con el PSOE a cambio de poco. 

Primer plano de Pedro Sánchez con cara de preocupación y primer plano medio de Carles Puigdemont riendo. De fondo, una foto de la Mesa del Congreso de los Diputados

La estrategia de Puigdemont

Carles Puigdemont quiere ir poco a poco para justificar su pacto con Pedro Sánchez. Sin referéndum a la vista, necesita algo que aún no tiene y ha decidido alargar la situación para crear un estado de opinión favorable. Ha puesto la maquinaria mediática a trabajar y solo hace falta pasarse por los digitales catalanes para ver cómo funciona. Todos los acuerdos de Junts con el PSOE son "históricos" y el de Waterloo es "un estadista" que condiciona la política de Madrid.

La amnistía no será una solución personal en este caso. Lo disfrazarán de victoria moral mientras Carles Puigdemont da a sus votantes alegrías y penas. El líder espiritual podrá volver a Cataluña como un héroe, pero les tendrá que explicar que no es el momento del referéndum.

De momento, Carles Puigdemont consigue  tener contento a su votante pese a moldear poco a poco su discurso. Hará falta estar atentos para ver si dura mucho.

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