Montaje de Carles Puigdemont y el Tribunal Supremo
POLÍTICA

La candidatura de Carles Puigdemont para las elecciones europeas corre peligro

La causa abierta por el Tribunal Supremo podría acabar propiciando la suspensión de los derechos políticos del expresident

A estas alturas de la legislatura queda claro que la suerte del Gobierno de Pedro Sánchez depende de la supervivencia política de Carles Puigdemont. Aunque Junts siga negando que la amnistía sea una salida personal, su objetivo es que el expresidente pueda concurrir en las próximas elecciones europeas. La apertura de la causa por terrorismo en el Tribunal Supremo complica seriamente sus aspiraciones.

En Junts ven la amnistía como una rehabilitación política para Puigdemont en pleno proceso de renovación tanto para su partido como para el espacio independentista. La posibilidad de que el expresident acabe apartado es ahora más real que nunca. Y esto amenazaría tanto las aspiraciones electorales de Junts como el acuerdo de legislatura.

Según informa El Confidencial, Puigdemont teme acabar reducido a la irrelevancia política como le ocurrió a Oriol Junqueras. El principal peligro es el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que podría inhabilitar al expresident para su elección y el posterior ejercicio del cargo. El artículo impide que los procesados por terrorismo y rebelión puedan presentarse a las elecciones y ostentar cargos políticos.

Puigdemont, contra las cuerdas

Puigdemont se libraría por ahora de este artículo, ya que se aplica solamente en aquellos casos en los que el auto de procesamiento es firme y se decreta prisión provisional. Para que esto ocurra, la jueza estructura debería cursar un suplicatorio a la eurocámara y que este fuera aprobado en votación. Luego el Tribunal Supremo citaría al expresident a declarar como imputado por terrorismo, y en caso de no presentarse dictaría una orden de busca y captura e ingreso en prisión.

Esto bastaría para que se cumplieran los dos requerimientos del 384 bis, y se suspendieran los derechos políticos del procesado. En paralelo se tramitará una ley de amnistía que Junts y el PSOE tratan ahora de acelerar al máximo. Si la amnistía no llega a tiempo, algo probable ya que tiene que pasar por el Senado donde el PP tiene mayoría, el futuro político de Puigdemont se complicará y mucho.

Si la suspensión llega antes que la amnistía, el Supremo podría llevar el caso a la justicia europea y el procedimiento se alargaría durante meses o años. No cabe duda de que este sería el peor escenario para Puigdemont. Junts intenta ahora meter presión al PSOE para que modifique el texto de la ley garantizando que las medidas cautelares anteriores a la ley queden sin efecto una vez aprobada.

Un fatal error de cálculo

La situación actual es la constatación de que, en contra de lo que pensaban en Junts, el blindaje total y absoluto del expresident es imposible. Con los últimos pasos dados por los tribunales queda demostrado que los jueces tienen mucho margen para condicionar la aplicación de la amnistía. Está claro que se ha abierto un pulso entre la justicia y la política, y que la justicia va ganando por ahora.

Pero esto demuestra también que Junts cometió un fatal error de cálculo al votar en contra de la ley de amnistía. Al hacerlo perdió un tiempo crucial en la carrera con los jueces para ver quien llega primero a la meta. PSOE y Junts tratan ahora de acelerar los tiempos, pero este mes perdido puede acabar resultando fatal para los intereses de Puigdemont.

Si finalmente acaba en el limbo político, el futuro de Junts entrará en un escenario lleno de incertidumbre. Puigdemont no tiene un sucesor fuerte y todas las esperanzas de renovación del proyecto pasan por la rehabilitación política de su figura. Además, su activo es esencial para la lucha que se está librando ahora mismo entre el secretario general del partido, Jordi Turull, y la presidenta Laura Borràs.

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