CAC, el organismo que cuesta 6 millones de euros para encubrir los desmanes de TV3
El órgano regulador de los medios públicos catalanes se pone de perfil ante las constantes faltas de respeto
El pasado 17 de octubre, el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) dictó sentencia sobre el degradante gag de Joel Díaz acerca de la hija de Sílvia Orriols. El secretario de medios del Govern había elevado una queja por la desafortunada broma en la que el humorista jugaba con el nombre de la niña -Violant- y el gerundio del verbo violar. Según el ente público que regula los medios de comunicación, no hubo “ninguna vulneración de la normativa audiovisual”.
No es la primera vez que este organismo, cuya función es velar por el buen funcionamiento de los medios públicos y privados, se pone de perfil ante un conflicto así.
El CAC tampoco vio nada irregular en fantasear sobre una felación de la princesa Leonor en el programa de humor de Jair Domínguez y Peyu. Tanto en el caso de la hija de Sílvia Orriols como el de Leonor (año 2021) las víctimas de la broma son menores de edad. Lo cual no ha parecido ser un agravante para que el CAC, órgano competente en estos casos, tomara medidas al respecto.
Tampoco se han castigado las faltas de respeto a personas (como los votantes del PSC, a quienes un cómico llamó nazis) o a los símbolos religiosos (como la Virgen del Rocío). Lo cual lleva a sospechar sobre la connivencia de este órgano regulador con la corriente mayoritaria que desde hace años domina en TV3: la del establishment procesista, acostumbrado a reírse faltando el respecto a los demás pero que en cambio al revés tiene la piel muy fina.
Seis millones de euros
El representante del gobierno catalán elevó una queja por la broma de Joel Díaz, alegando una vulneración de los valores de tolerancia y respeto exigibles en los medios de comunicación. El Consell de l'Audiovisual de Catalunya vela entre otras cosas por el cumplimiento de la normativa audiovisual, atentiendo a principios como la libertad de expresión y de información, el pluralismo, la neutralidad y la honestidad informativas.
El órgano no considera que hacer broma sobre una menor de edad y una violación sea merecedor de un castigo, como tampoco el resto de las bromas del lobby humorístico de TV3 y Catalunya Ràdio. Pese a que los catalanes pagan de su bolsillo a los medios públicos catalanes, estos se dedican a reírse y faltar el respeto siempre en la misma dirección.
Estos catalanes a quienes TV3 y Catalunya Ràdio insulta constantemente, también pagan con sus impuestos el CAC. Y no es barato, porque cuesta 6 millones de euros de los presupuestos, cinco de los cuales se destinan únicamente a pagar el sueldo de sus 75 funcionarios. Una cantidad que no se corresponde con el volumen de trabajo: han pasado de elaborar un informe al mes, a uno cada seis meses.
Arrimados al poder
Basta con decir que desde el 2011 el CAC está presidido por Xavier Xirgo, amigo y biógrafo de Carles Puigdemont. Y que en 2022 La Sotana, el podcast que hace Joel Díaz con sus amigos, se hizo desde la Casa de la República, en Waterloo, con la participación de Valtonyc y Clara Ponsatí. ¿Se entiende ahora mejor porque el CAC no quiere tocar a los enfant terribles que siguen alimentando el procesismo en TV3?
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