Artur Mas confirma el regreso de Convergència

Artur Mas ha sido en los últimos tiempos uno de los personajes de la órbita de Junts más repudiados por el independentismo. Lógico que Carles Puigdemont quisiera mantener las distancias con él, en un momento en el que interesaba marcar músculo independentista para diferenciarse de ERC. Algo ha cambiado últimamente. El expresident ya maniobró hace unos meses para que Mas y Pujol cogieran el carnet del partido. Ahora, después del congreso de refundación, Puigdemont apuesta decididamente por Artur Mas como uno de los referentes del nuevo Junts.

El expresident está ganando visibilidad y esta misma semana ha visitado Els Matins de TV3 para conceder una entrevista de lo más significativa. Dijo nada más y nada menos que “el congreso de Junts per Catalunya supone la recuperación del espacio y el proyecto de Convergència”, y que “son los catalanes quienes han decidido que la independencia tiene que quedar en un segundo plano”.

Artur Mas retrata así el viraje de Carles Puigdemont y su proyecto. Un proyecto que ha pasado de ser una amalgama ideológica confusa, desde la izquierda woke al conservadurismo, a recuperar sus esencias derechistas. Y que ha pasado de hacer de la confrontación con el Estado su pilar a defenderlo con la boca pequeña y asumir la superación de la etapa del Procés.

Bajo el poder absoluto de Carles Puigdemont y Jordi Turull, Junts ha iniciado un etapa de recentralización y repliegue ideológico. También más posibilista, aprovechando los pocos espacios de influencia que tiene en Madrid y en Cataluña. Es significativa su progresiva retirada del frente internacional, con el escaño de Toni Comín aún en el aire y el Consell de la República en proceso de desmantelamiento. 

A nivel ideológico, Junts ha dado un volantazo a la derecha para diferenciarse de la coalición de gobierno progresista (PSC, ERC y Comuns) y para competir con Aliança Catalana. Lo ha hecho con dos temas recurrentes. Uno es la inmigración y la seguridad, con la voluntad de abandonar la tentación woke de estos últimos años y volver a ser el partido del orden en Cataluña. El otro es un modelo económico liberal-conservador basado en una reducción de los impuestos y menos planificación estatal.

Sale Laura Borràs, entra Artur Mas

A nivel estratégico, Junts se presenta como un proyecto renovado que aspira a reunificar el independentismo bajo el liderazgo simbólico de Carles Puigdemont. En la práctica, esto choca con la realidad. Primero, por las propias reticencias que genera Carles Puigdemont entre un sector importante del independentismo rebotado con los líderes procesistas. Y por otro lado, porque la necesidad de seguir aferrado al poder le obliga a pactar con el PSOE en Madrid y con el PSC en instituciones locales como el ayuntamiento de Tarragona.

Además, la purga de los borrasistas en la ejecutiva de Junts marca una clara rectificación de la estrategia seguida hasta ahora. Con la desaparición de Laura Borràs y la consolidación del núcleo duro convergente, Junts pierde su elemento más radical e intenta adaptarse a la nueva realidad sin una mayoría independentista en el Parlament.

Muchos ven como algo significativo que Laura Borràs haya perdido presencia pública en favor de Artur Mas en esta nueva etapa de Junts. No parece la mejor carta de presentación para un movimiento que se reivindica heredero del 1 de Octubre y que aspira a reunificar a todas las tendencias independentistas. Esto choca frontalmente con la verdadera necesidad de Puigemont, que pasa por volver a ocupar la centralidad y ganar terreno al PSC en esta nueva etapa de la política catalana.