La última del procesismo: una consejería del catalán
Antoni Bassas pide al President Aragonès hacer con la lengua lo mismo que hizo con el feminismo
Los acuerdos de gobierno entre socialistas e independentistas han intensificado la cuestión del catalán, tema muy sensible en Cataluña. La lengua ha sido desde siempre el motor del nacionalismo catalán. El independentismo denuncia la situación de marginación y declive que sufre el idioma catalán ante la presión del castellano.
Uno de los faros que guía al nuevo procesismo es Antoni Bassas, insigne periodista que ahora sienta cátedra desde la tribuna del Ara, diario de referencia del régimen. Su último análisis se titula “President, ponga la consejería del catalán”. Esta es la nueva ocurrencia del procesismo, más necesitado que nunca de proyectos e ilusión.
Y atención, porque Antoni Bassas está a punto de meterse en un buen jardín (tal y como está el ambiente): “Cuando ERC creó el departamento de Feminismes, lo justificó porque dejando que el feminismo fuera transversal a todas las conselleries no se obtenía un impulso político claro de uniforme. Si aquello valió para el feminismo, ¿no vale para la lengua?
Más chiringuitos, ahora para el catalán
Más allá de la arriesgada comparación entre el catalán y el feminismo, Bassas pone encima de la mesa la reclamación de un departamento exclusivo del catalán. El Govern ya destina suculentas subvenciones para plataformas y oenegés que promocionan el catalán. O para medios de comunicación exclusivamente en lengua catalana.
Pero al directivo del Ara no le parece suficiente, y reclama una apuesta más decisiva (más derroche) para la lengua catalana. “El catalán no puede ser solo un derecho”, argumenta, “sino también un deber”. En sus propias palabras, “hace falta más catalán en la calle, y aquí es donde echamos de menos al President y al Govern”.
Antoni Bassas no se corta y pide poner todos los recursos posibles al servicio del catalán. Por eso se dirige directamente al Govern de la Generalitat y al President, Pere Aragonès, para pedir que haga lo mismo que hizo al crear la Conselleria de Feminismes. Una propuesta temeraria, a tenor de la ineficiencia del departamento que dirige Tània Verge.
El lobby del catalán y las subvenciones
Antoni Bassas advierte que el catalán tiene dos problemas. Uno es el de la demografía, ya que “tres de cada cuatro catalanes son descendientes de la inmigración”, y el 45% de la inmigración es castellanohablante. El otro es el de ley, porque “mientras España sea un estado de matriz castellana, el catalán no será nunca una obligación como sí lo es el castellano”.
El periodista hace referencia al incidente ocurrido en un partido de fútbol en Mallorca. El entrenador de uno de los equipos fue expulsado por hablar en catalán a la árbitra, que hizo constar en el acta “faltas de respeto”. Bassas concluye que esto es una muestra del “monolingüismo mental y menosprecio al catalán”.
La realidad es que en torno al catalán se mueve todo un lobby que acapara subvenciones y dinero público a raudales. Plataforma per la Llengua, la oenegé del catalán, ingresó en 2022 cerca de un millón en ayudas públicas y se gastó 1,8 millones en sueldos. La Generalitat sube año a año las subvenciones a la promoción del catalán.
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