Lluís Llach hablando frente a un micrófono.
POLÍTICA

La ANC se prepara para su enésimo fracaso: la Diada del 11-S

Faltan 10 días para la principal fecha señalada para un procesismo cada vez más dividido

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) se ha convertido en la viva imagen del procesismo. Es decir, en la viva imagen del fracaso. A la pérdida de tirón en los últimos actos organizados (montaron una manifestación en Barcelona contra la investidura a la que asistieron poco más de 2.000 personas) se le suma la pérdida de credibilidad.

La que debía ser una entidad que tenía como objetivo estar por encima de cualquier lucha partidista y presionarlos para que avancen hacia la independencia, se ha convertido en un apéndice de Junts. Las críticas feroces a ERC y la defensa a ultranza de Puigdemont y su estrategia han sido el pan de cada día de la ANC. Sobre todo, desde que Lluís Llach fue proclamado presidente hace unos meses.

Si a todo esto le sumas que la ANC también se ha convertido en una especie de bazar ‘todo a cien’ para intentar facturar lo máximo con merchandising ridículo, la fotografía que nos queda es para enmarcar. La última ocurrencia del chiringuito de Lluís Llach ha sido unos sombreros de paja por la independencia de los que incluso los propios indepes han sufrido un ataque de vergüenza ajena.

La Diada, el próximo fracaso de la ANC

Faltan justo 10 días para la Diada. Una fecha señaladísima para el independentismo. Fue, durante los años álgidos del procés, el día en que centenares de miles de catalanes salían a las calles para reclamar la secesión. Sin embargo, esos ‘maravillosos años’ para el procesismo han llegado a su fin.

Una persona sostiene un banderín en la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada, Día de Catalunya, a 11 de septiembre de 2022, en Barcelona

En la manifestación del año pasado, la asistencia al acto pretendidamente masivo de la ANC cayó considerablemente. No fue más que el aperitivo de lo que se prevé para este 2024. Las previsiones son tan nefastas que incluso la propia entidad ha cambiado radicalmente sus intenciones para intentar maquillar el fracaso que se viene.

Como ya son conscientes de que las imágenes de centenares de miles de personas por Barcelona no se van a repetir, la ANC ha apostado por organizar actos descentralizados. Habrá manifestación en la capital catalana, pero también en Tarragona, Gerona, Lérida y Tortosa. Todas por la tarde y más o menos a la misma hora.

La idea es no poder comparar los datos de las manifestaciones en Barcelona de años anteriores con los de este 2024. Porque, claro, “este año había manifestaciones por toda Cataluña”. Vamos, que la misma ANC ya asume que su capacidad de movilización actual está a años luz de lo que fue. Y toca hacer malabares para que las comparaciones no sean tan odiosas.

Más allá de la pérdida de capacidad movilizadora, la ANC también se ha visto atrapada por la estrategia que ha querido seguir recientemente. Una estrategia basada en criticar a ERC y hacer seguidismo de Puigdemont. No son pocos los militantes republicanos que ya han anunciado públicamente que no se sienten representados por la entidad de Lluís Llach. Y que, por este motivo, no asistirán a sus actos.

Un hombre con camisa blanca y gorra negra habla frente a un micrófono en una manifestación, rodeado de personas que sostienen banderas y pancartas.

Por su parte, la CUP siempre ha tendido a tener alergia a este tipo de actos masivos y pretendidamente transversales. Nunca, ni en los años álgidos del procés, han dejado de organizar sus propias concentraciones y manifestaciones por la Diada. Y este 2024 tampoco será una excepción. Poco o mucho, también afectará a la asistencia de la presunta gran manifestación que organiza la ANC.

También hay otra parte del independentismo que no se siente interpelada por la ANC. Se trata de Aliança Catalana. Lluís Llach no dudó en tacharles de “fascistas”. El partido de Sílvia Orriols ha hecho de la lucha contra los procesistas una de sus principales bazas. Y la ANC es la viva representación de este procesismo en decadencia. Una decadencia que se pudo comprobar en el último ciclo electoral y que vivirá otro capítulo dentro de 10 días por la Diada.

➡️ Política

Más noticias: