La ANC se revuelve contra Junts: 'Es vergonzoso'

Pedro Sánchez dio la sorpresa manteniendo a Marlaska en Interior. Quién sabe si lo hizo para no darles demasiadas alegrías a los procesistas, que deseaban su cabeza (y la de Robles). El caso es que la ANC, depositaria de las esencias, carga ahora contra ERC y Junts a propósito de este asunto.

El PSOE: de espiar a pactar

Estos días, el partido socialista se presenta como un interlocutor impoluto con el procesismo. Pero es el mismo PSOE que, en condición de partido de Estado, ha participado en las actividades de espionaje al nacionalismo catalán. Actividades que se organizan desde Defensa (o sea, el CNI) y desde Interior.

Hará alrededor de un año que, por ejemplo, Sánchez destituyó a la directora del CNI, Paz Esteban, por el espionaje a Pere Aragonés con Pegasus. Destitución que, entre otras cosas, respondió a las presiones de ERC. Margarita Robles, la superiora de Paz Esteban, tuvo que asumir la destitución, prometida por Bolaños a ERC. 

En este sentido, también fue sonada la infiltración de agentes de Interior en los CDR. Este caso tuvo incluso alguna deriva cómica. Algunos de los afectados denunciaron haber sido víctima de tácticas de seducción por parte de agentes infiltrados de la policía nacional.

El procesismo hace la vista gorda

Con este historial, el procesismo se la tenía jurada a Marlaska y a Robles, aunque no lo suficiente como para no pactar con Sánchez. Por ahora, los partidos procesistas han guardado un silencio más o menos elocuente. ERC se limitó a decir el lunes pasado que hubieran preferido ministros ‘comprometidos con los derechos humanos’.

Los que no se han callado han sido los de la ANC. Al no tener mando en plaza, se lo pueden permitir. Este es el mensaje que han publicado:

Ya sea por espionaje o por cualquier otra cuestión, el independentismo no comulga con la deriva autonomista de ERC y JUNTS. Desde que pactaron la investidura, les llueven las críticas desde sectores partidarios de la unilateralidad. Habrá que ver si estos entran en la política parlamentaria, dividiendo aún más al nacionalismo catalán.