Plano medio de Dolors Feliu en la manifestación del 11 de septiembre de 2023 sujetando una pancarta azul y alzando su brazo derecho haciendo la señal de las 4 barras de la senyera con los dedos
POLÍTICA

ANC, el artefacto creado por ERC y Junts que ahora se les gira en contra

Los activistas han cobrado vida propia


“El PSOE ha dejado muy claro que no cederá en permitir un referéndum acordado ni pasos hacia la autodeterminación, ¡no caigamos en trampas!”. Es el último aviso de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) a las bases independentistas. La entidad, impulsada por los partidos procesistas, busca ahora impulsar una lista alternativa para hundir a los partidos procesistas.

La ANC se constituyó el 10 de marzo de 2012 en el Palau Sant Jordi, como una plataforma cívica para ampliar la base del independentismo y promover un referéndum en 2014. Los partidos tuvieron un papel importante en su creación. Aunque nació como una entidad al margen de los partidos, como representante de la sociedad civil.

Con la presidencia de Carme Forcadell, y en pleno auge del Procés, la ANC consiguió ser una entidad independiente, transversal y movilizadora. Con los años ha sufrido el mismo declive que el propio Procés, consumida por la división y el sectarismo. ¿Será capaz ahora de vehicular la indignación contra los partidos de los que nació?

La ANC se reinventa

El ascenso de Dolors Feliu, próxima a Puigdemont, como presidenta de la ANC, convirtió la entidad en una parte más del entramado de Waterloo. Se alineó así con otros chiringuitos del expresident como el Consell de la República. Ambos compartían no solo afinidad política sino también estrategia. 

La ANC, el Consell de la República y el Estado Mayor de Waterloo con Puigdemont al frente defendían la tesis de la confrontación frente a la de la negociación. Esto enfrentó a la Assemblea con ERC, y le hizo perder su carácter transversal. Progresivamente fue perdiendo también su capacidad de movilización.

El giro de Junts, abandonando la confrontación por la negociación, ha provocado una reorganización del espacio. La ANC mete ahora a Junts y a ERC en el mismo saco y pone en marcha el proceso para crear una lista alternativa en las próximas elecciones al Parlament. Así es como el artefacto creado por los partidos procesistas se les ha acabado girando en contra.

Rumbo al fin del procesismo

En su último encuentro, la ANC aprobó por mayoría la creación de un grupo de trabajo para impulsar una lista cívica. Uno de sus cometidos será crear una hoja de ruta, que tendrá la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) como eje central. Consideran que los partidos han fracasado en su cometido, y que hay que dejar paso al movimiento popular.

En realidad, se trata de otro fracaso más de los partidos procesistas, que creyeron una buena idea poner a activistas al frente del Procés. Cuando la política se ha manifestado insuficiente, los activistas han acabado siendo la solución. La incógnita ahora es saber cómo se articulará la propuesta y los liderazgos.

El rumbo de la ANC hacia la lista cívica coincide con la división en Junts, y su previsible ruptura con la salida del sector de Laura Borràs. El partido quedará así controlado por Puigdemont y el sector oficialista de Jordi Turull, es decir, el Junts “político”. De alguna forma, será como volver a 2012.

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