Dos ciudades gobernadas por la CUP en las que Aliança Catalana le ha superado en votos

Aliança Catalana irrumpió en las elecciones de anoche con dos diputados en el Parlament, uno por la demarcación de Lérida y otro por Gerona. En una lectura más profunda de los resultados, encontramos algunos datos curiosos que revelan el cambio de paradigma en Cataluña. El partido de Sílvia Orriols ha sido más votado que la CUP en Berga y Gerona, dos feudos históricos donde gobiernan los anticapitalistas.

Aliança Catalana ha quedado como tercera fuerza independentista en Berga, localidad barcelona de 16.000 habitantes, solo por detrás de Junts y ERC. Los de Sílvia Orriols han obtenido 726 votos, por 2.675 de Junts, 1.147 del PSC y 927 de ERC. La CUP, que gobierna en Berga desde 2015, ha obtenido 183 votos menos que Aliança Catalana y queda en penúltima posición solo por delante del PP.

AC se ha impuesto también en Gerona, ciudad de 100.000 habitantes donde gobierna la CUP gracias a un pacto con JxCAT y ERC. Allí, los de Orriols han sido quinta fuerza con 2.518 votos, y tercer partido independentista por detrás de Junts y ERC. Los de Puigdemont han ganado las elecciones en la ciudad de Gerona con 14.279 votos, mientras que la CUP, pese a gobernar, ha quedado en séptimo lugar, por detrás de Vox, con 2.384 votos.

Menos de 10.000 votos de diferencia

Aliança ha quedado por encima de la CUP en otra capital de provincia, Lérida, mientras que en Barcelona y en Tarragona los cupaires han obtenido más votos que los identitarios. En el panorama nacional la CUP ha obtenido dos diputados más que Aliança Catalana, pero con una diferencia de votos muy ajustada. Los anticapitalistas han sacado 127.850 votos por 118.302 de Aliança Catalana, lo que supone una diferencia de 9.548.

El hundimiento de la CUP se enmarca en el importante retroceso del independentismo, que suma los peores resultados y pierde la mayoría absoluta por primera vez desde que empezó el procés. Además de la entrada de AC, el único partido que mejora resultados es Junts, aunque de forma insuficiente ya que se ha quedado a siete escaños de la victoria. ERC y la CUP han protagonizado el gran batacazo del independentismo, con la pérdida conjunta de 18 diputados. 

El independentismo ha leído estos resultados como un toque de atención y un llamamiento a la reconstrucción de la unidad. Pero también hay lecturas que advierten de un cambio de paradigma con nuevas fuerzas que han llegado para quedarse y otras que llevan tiempo en un declive imparable.