Hombre calvo con barba en traje oscuro hablando en un micrófono frente a un fondo azul.
POLÍTICA

Aliança Catalana aterriza en Barcelona

La formación identitaria se marca como objetivo las próximas elecciones municipales

Aliança Catalana ha celebrado este fin de semana el primer congreso comarcal del Barcelonès. Los afiliados han elegido al Comité Ejecutivo, encabezado por Jordi Amela, y se han creado las estructuras para "afrontar los nuevos retos" en Barcelona, especialmente las próximas elecciones municipales. Se trata de un paso muy importante en el proceso de expansión de la formación identitaria en el territorio catalán.

Imagen del bloque de Aliança Catalana en la manifestación del 11S. Miles de persones detrás de la pancarta

Las últimas elecciones catalanas constataron que las comarcas barcelonesas son el talón de aquiles de Aliança Catalana, que se encuentra en pleno crecimiento. Es una evidencia que el auge del proyecto de Sílvia Orriols se ha sustentado sobre todo en las comarcas de interior. Y que tiene problemas de penetración en Barcelona y su área metropolitana, debido a la composición sociodemógrafica de su población.

Desde su irrupción en las elecciones municipales de mayo de 2023, Aliança Catalana ha ido creando nuevos núcelos a lo largo y ancho del territorio catalán. Pero consideran que el paso dado este fin de semana en Barcelona será "un punto de inflexión" en el auge de la formación independentista en Cataluña. En el congreso se han fijado los objetivos y la estrategia para crecer en un territorio poco favorable para ellos.

Vivienda e inmigración

Jordi Amela, empresario de 57 años, ha sido uno de los militantes más activos de Aliança Catalana desde sus inicios y actualmente ejerce como responsable de prensa. Ahora se hace cargo de un comité ejecutivo que tendrá como vicepresidente a Xavier Mestres y a Albert Buesa como secretario de organización. 

En su primera intervención, Amela ha trazado las líneas maestras de la estrategia de Aliança Catalana en los municipios del Barcelonès y especialmente en su capital, Barcelona. 

Destacó la intervención de Xavier Mestres, que estableció como objetivo la recuperación de Barcelona tras los gobiernos de Ada Colau y Jaume Collboni: "Han dejado nuestra ciudad invadida de bárbaros islamistas y latinos guerrilleros que vienen a imponer su cultura, han destrozado el turismo de cualidad, han dejado la propiedad privado en manos de delincuentes". También hizo mención a la criminalidad y la suciedad, y ofreció frente al "fracaso" de los últimos gobierno "un equipo fuerte para reconquistar las calles".

Su principal campo de batalla será la vivienda, y su propuesta política se centrará en el desmantelamiento de las políticas colauistas todos estos años. En este sentido, Aliança Catalana-Barcelona defiende los desalojos exprés y la defensa de la propiedad privada como punto de partida. El aumento de la inmigración en Barcelona y sus estragos, así como el papel de los medios de comunicación, serán los otros pilares de su discurso.

Amela ha reconocido las dificultades de crecer en un territorio con mayoría de población castellanohablante y feudo histórico del PSC y los Comunes. Por eso ha marcado como objetivo el establecimiento de una estructura sólida sobre la que crecer prograsivamente. 

AC necesita crecer en Barcelona

Aliança Catalana ha conseguido en tiempo récord, en apenas un año, marcar la agenda política en Cataluña. Pero en este tiempo también se han hecho evidentes sus limitaciones, sobre todo en las áreas urbanas de Barcelona y su periferia.

Su éxito en las pasadas elecciones catalanas del 12 de mayo se sustentó en el crecimiento en la Cataluña interior, especialmente en las comarcas de Lérida y Gerona. También obtuvo buenos resultados en Osona, el Berguedà y algunos municipios de la Cataluña central. Su triángulo dorado es Ripoll-Olot-Berga, en la zona pirenaica que hace frontera entre Gerona y Barcelona, y otras localidades como Vic y Manresa.

Pero la otra cara de la moneda fue Barcelona, donde Aliança Catalana sacó menos de un 2% en las principales ciudades. Donde sacaron sus peores resultados fue en el Baix Llobregat (1,7%), donde Vox sí tiene una implantación consolidada (cerca del 10%). 

Y es que en Barcelona y el área metropolitana el voto anti izquierda y antiinmigración está concentrado en el PP y Vox. Ahí está la dificultad de Aliança Catalana para crecer, y al mismo tiempo su reto: sin Barcelona, ningún proyecto político puede aspirar a ser hegemónico en Cataluña.

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