
Alejandro Fernández tenía razón con la financiación singular de ERC y el PSC
PSC y ERC necesitaban ganar tiempo y formar un gobierno: la diferencia es que el PSC lo ha hecho desde el poder
La promesa de una “financiación singular” para Cataluña, impulsada por ERC y el PSC, sigue generando controversia. De paso, se confirma que el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, tenía razón al prever su fracaso. De hecho, desde el principio, Fernández alertó sobre lo inviable del pacto y su naturaleza partidista.
Sin ir más lejos, en noviembre de 2024, Fernández calificó en TV3 la financiación singular de “engaño”. Dijo que era un ejemplo de “procesismo” por parte del PSC para garantizarse la estabilidad durante la legislatura. Según él, el PSC promete soluciones a largo plazo que nunca se llevarán a cabo. Por su parte, ERC necesitaba evitar a cualquier precio una repetición electoral. Cabe recordar que las encuestas daban incluso un sorpasso del PP a ERC:
Y si atendemos al estado de las negociaciones podemos confirmar que, de entrada, no se cumple ni el calendario que se prometió. Este retraso en la presentación del nuevo modelo de financiación ha exacerbado las tensiones dentro del gobierno catalán. El motivo del retraso es tan simple como que ERC y PSC, aliados en este proyecto, no logran ponerse de acuerdo.

Una cadena de detalles
En teoría, el nuevo modelo debería haberse presentado el 30 de junio de 2025, pero los plazos no se cumplirán. Fuentes cercanas confirman a Marcos Lamelas en El Confidencial que la propuesta no será entregada en los términos prometidos. Como ocurre siempre con los socialistas, los pactos se desnaturalizan cuando tienen que aterrizarse en la realidad.
Y nos referimos a detalles prosaicos pero determinantes, que son donde el procesismo ha naufragado una y otra avez. La Generalitat, por ejemplo, cuenta con solo 830 empleados en su Agencia Tributaria. Es decir, que literalmente no puede asumir la recaudación del IRPF por falta de recursos humanos.

Además de otro ejemplo del estilo de negociación socialista, este es también un ejemplo de cómo funciona la legislatura en Cataluña. Se trata de una legislatura sin una vocación política profunda que pueda mirar de cara los problemas de Cataluña. En todo caso, es una legislatura que sirve para reajustar el tablero después del descalabro procesista. Y es en esta clase de situaciones en las que partidos como el PSC - con perfiles como el del presidente Illa - tienen éxito.
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