Europa Press Albiol declara la guerra a las zonas de bajas emisiones
No quiere obligar a sus vecinos a cambiar de coche en un momento tan delicado económicamente como el actual
Los sospechosos habituales le van a llamar de todo (como siempre), pero lo cierto es que a Xavier García Albiol nadie puede negarle ese plus de audacia que le hace único. En su día, ganó las elecciones prometiendo limpiar Badalona (cada uno entendió lo que quiso) y ahora se atreve con otro Miura: la movilidad sostenible. En su cuenta de Twitter ha hecho público que Badalona aplaza hasta 2027 la entrada en vigor de la ZBE (Zona de Bajas Emisiones).
¿Qué son las ZBE?
Una ZBE es un espacio urbano delimitado por una administración pública en la que se restringe el acceso, la ciruclación y el estacionamiento de vehículos en función de sus emisiones. Con ellas, en teoría, se crean espacios más seguros, habitables e inclusivos, dicen. Hay, sin embargo, una consecuencia indeseada: complican la vida a las personas con menos ingresos, que son las propietarias de coches más antiguos que generan más emisiones.
En Barcelona ya existen zonas de este tipo y en otros diez países europeos, también. Con la normativa en la mano, deberían existir en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes desde el 1 de enero, pero en la mayoría de ciudades se está aplazando. A finales del años pasado, sólo Barcelona, l’Hospitalet de Llobregat, San Cugat del Vallès, Cornellà de Llobregat, Madrid, Pamplona, Rivas-Vaciamadrid y Pontevedra. Las localidades de más de 20.000, si sus alcaldes quieren, pueden crearlas.
¿Por qué lo aplaza Albiol?
Albiol, que conoce bien su ciudad y las posibilidades de sus vecinos, da por hecho que las restricciones podrían, si se aplican en Badalona, afectar al 50% del parque móvil local. El alcalde de Badalona es claro: “en la situación actual de crisis, del incremento de los precios de la cesta de la compra y del aumento de las hipotecas”, no procede. No quiere, y así lo dice, obligar a sus vecinos a que “tengan que hacer frente de manera inmediata a un gasto tan importante como la compra de un vehículo”.
En 2018, un Jeep Compass con motor de combustión costaba unos 18.000 euros. Ahora, el mismo coche con motor híbrido, pasa de los 30.000.
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