Alberto Núñez Feijóo se mete en un lío
El líder del PP pone a su partido en un compromiso a las puertas de las elecciones gallegas tras las últimas informaciones sobre la amnistía, los indultos y Carles Puigdemont
La política errática de Alberto Núñez Feijóo respecto a su relación con Junts y Carles Puigdemont viene de lejos. Unos días se mostraba inflexible y otros tantos abría la puerta a tender puentes con los procesistas. Este medio flirteo acomplejado le costó incluso críticas internas, siendo la más destacada la de Alejandro Fernández, presidente de los populares en Cataluña, que le recordaba que “con Junts no se tiene que ir ni a cobrar una herencia”. Por cierto, la postura de Alejandro Fernández parece ser que es la que más gusta entre los votantes populares, ya que las encuestas auguran al PP catalán un fuerte ascenso en las próximas elecciones al Parlament.
Pocas cosas le gustarían más a Feijóo que Junts y Carles Puigdemont fueran la Convergència de Jordi Pujol de los años 90. Si esto fuera así, seguramente ahora estaría en Moncloa. Para su desgracia, la realidad es otra. Aunque él se empeñe en no querer darse cuenta.
Este fin de semana, distintos medios (de derechas y de izquierdas) publicaban que el líder del PP exploró varias vías para pactar con Junts y ser así presidente del Gobierno. Fueron 24 horas de estudio en las que, supuestamente, llegó a la misma conclusión que habría llegado todo el mundo sin necesidad de perder 24 horas: que las exigencias de Puigdemont son inasumibles para cualquier mortal que defiende el estado de derecho (a no ser que seas Pedro Sánchez y estés dispuesto a todo por alcanzar el poder).
Que en la política explores cualquier escenario es más o menos normal. Lo que ya no lo es tanto es que cuentes a varios periodistas que llegaste a abrir la puerta a un pacto con Puigdemont a cambio de indultos. Unos indultos que hubieran permitido al líder juntaire volver a España perdonado si aceptaba ser juzgado y si se arrepentía de sus actos. Sin embargo, el error de Feijóo no es solamente ser ingenuo y considerar plausible este escenario. El problema viene cuando se lo dices a varios medios en un contexto nada favorable a los intereses de tu partido.
Cuando has hecho del ‘no’ a Puigdemont y las concesiones de Pedro Sánchez al expresident tu principal campo de batalla, poco se entiende que ahora filtres esta información. Y aún menos cuando nos encontramos a pocos días de unas elecciones gallegas en las que la mayoría de tu partido pende un hilo. El error de Feijóo es tan obvio (y objetivo) que él mismo tuvo que salir a desmentir la información. Sin embargo, más que desmentirla, lo que hizo es matizarla. Por lo tanto, venía a confirmar que sí, que exploró si había alguna vía para perdonar a Puigdemont y convertirse él en presidente del Gobierno.
Galicia dictará sentencia
Las consecuencias de este error están aún por ver. Más allá de las encuestas para unas hipotéticas elecciones generales que ni están ni se les espera, donde se la juega Feijóo es en Galicia este próximo domingo. Todos los sondeos auguran un triunfo de Alfonso Rueda, que necesita una mayoría absoluta si quiere seguir gobernando. Y aquí es donde aparecen las dudas: las encuestas se mueven entre una mayoría absoluta ajustada y una victoria insuficiente para el candidato popular gallego. De hecho, el PP de Galicia ya teme en las consecuencias que pueda haber en las urnas tras la filtración de esta información. Incluso hay malestar con Feijóo.
A nadie se le escapa que una debacle del PP en Galicia no señalaría solamente a Alfonso Rueda, sino que pondría en serios apuros la credibilidad de Alberto Núñez Feijóo como líder del partido. Perder la primera cita electoral tras las concesiones de Pedro Sánchez a los procesistas (aunque fuera más por méritos del BNG que del PSG), sería un resultado difícil de digerir para el PP.
El presidente del Partido Popular consiguió levantar a su formación tras la crisis provocada por Pablo Casado. Pero una vez hecho lo más difícil, Feijóo ha empezado a tropezar cuando lo tenía todo de cara. Ahora está de jefe de la oposición, todavía no tiene un rumbo claro respecto a su política de pactos y una derrota en Galicia pondría en entredicho su posición dentro del partido. Y todo ello, tras cometer varios errores como el de esta semana: filtrar a los periodistas que lo que ha hecho Pedro Sánchez está mal, pero que tú también contemplaste la posibilidad de perdonar a Puigdemont.
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