Alberto Garzón renuncia a su nuevo trabajo denunciando la hipocresía progre

Al final, Alberto Garzón ha renunciado. La polémica vino por las acusaciones de “puertas giratorias” que la izquierda vertió contra el exministro. En un largo comunicado publicado en redes, Garzón dice que cree en una izquierda “menos prejuiciosa e inquisitorial”. Así mismo, se lamenta de la alta toxicidad de la política.

El fichaje del exministro

Una de las noticias de estos días fue el fichaje de Alberto Garzón por una consultora. Su labor sería el asesoramiento en temáticas geopolíticas. La izquierda se lanzó en tromba a criticar a Garzón y le acusó de hacer el contrario de lo que ha predicado.

El término “puerta giratoria” hace otra vez acto de presencia en redes, donde las críticas al exdirigente de IU no han cesado. Desde su medio de comunicación, por ejemplo, Pablo Iglesias le ha acusado de “alquilar su experiencia como ministro”. Le reprocha al que fue su compañero de filas que se vaya a “a una consultora dirigida por exministros del bipartidismo que vende sus servicios a empresas privadas”.

La presión ha sido tan elevado que Garzón, finalmente, ha decidido renunciar a su oferta de trabajo. Lo hace, dice, para no dañar al espacio político en el que él ha militado y trabajado. Se ha explicado con este largo comunicado que ha compartido en su perfil de X:

“Pureza izquierdista”

La principal razón para renunciar es esa: no perjudicar a su opción política “en las futuras convocatorias electorales”. Lo hace para anteponer “el interés colectivo sobre el interés personal”. Y, antes de devolver el golpe a los que le han criticado, señala que la mayor lección que ha aprendido es que “la política es una trituradora de personas”. Dicho lo cual, empieza el contraataque e invita a la izquierda a hacer una reflexión.

Para empezar, señala que su fichaje por esta consultora responde a su intención de seguir luchando por las ideas “ecosocialistas”. Lo cual es un claro mensaje a la izquierda, que en ocasiones olvida la realidad y el pragmatismo en beneficio de las ideas. Garzón explica que desde su nuevo empleo tendría oportunidad de apoyar precisamente a las ideas y proyectos de la izquierda. Por ello, dice que “la izquierda en la que yo creo es menos prejuiciosa e inquisitorial” y que no hay que intentar lucir ninguna presunta “pureza izquierdista”.

Para acabar, admite que esta situación le hace sentir frustrado. Fundamentalmente, porque las “dinámicas tóxicas” de la política le acompañan incluso cuando está fuera de ella. Y concluye: “Pero este es el estado político y emocional en el que se encuentra la izquierda”.