Plano general del Parlamento EUropeo con la bandera europea presidiendo la sala
POLÍTICA

9-J: las elecciones que pueden cambiar la Europa que hemos conocido hasta ahora

Empieza una campaña electoral europea marcada, entre otras cuestiones, por el auge de los partidos identitarios

Ya estamos otra vez en campaña electoral. Ahora, para decidir la composición del Parlamento Europeo para los próximos cinco años. Se trata de unas elecciones que pueden cambiar la política que se ha seguido históricamente en Europa. Sobre todo, por el auge de los partidos identitarios en todo el continente.

En clave española, el Partido Popular intentará capitalizar el descontento con Pedro Sánchez y el PSOE. Los populares, con Dolors Montserrat a la cabeza, salen a ganar. De hecho, todas las encuestas (menos el CIS de Tezanos) les dan como claros vencedores con entre 24 y 25 diputados (ahora tienen 13).

Por su parte, los socialistas confían en que el auge del partido de Feijóo no les afecte demasiado. La candidatura liderada por Teresa Ribera aspira a poder mantener los 21 diputados actuales o, por lo menos, no caer demasiado. 

Primer plano de Dolors Montserrat hablando con una ligera sonrisa y con gafas puestas

Quién sí que podría aumentar su representación es Vox, que actualmente tiene 4 eurodiputados y las encuestas les auguran entre 5 y 7. Siguiendo con formaciones de ámbito nacional, Sumar entraría con 4, Podemos pasaría de 6 a 1 o 3 y Ciudadanos, que actualmente tiene 8, sueña con mantener su representación en el Parlamento Europeo.

Finalmente, tenemos a formaciones como ERC (Ahora Repúblicas, 3), Junts (3) o PNV (CEUS, 1), que buscan también mantener sus escaños. Quien lo tiene más difícil es el partido de Puigdemont, que podría caer a un solo eurodiputado. Caso aparte es Se Acabó la Fiesta, de Alvise Pérez, que podría ser la sorpresa de estas elecciones con su irrupción en el Parlamento Europeo.

La próxima Europa, ¿distinta a la que hemos conocido hasta ahora?

Por el momento, las encuestas pronostican un terremoto en la política europea para la próxima legislatura. Tras años con los socialdemócratas y los populares europeos (PPE) siendo socios fieles, esto podría cambiar a partir del próximo 9 de junio.

Los sondeos ya auguran que en el Parlamento Europeo se plasmará la tendencia que se ha visto en muchos países del continente. Se trata del auge de los partidos identitarios y considerados antiglobalistas, divididos en los grupos Conservadores y Reformistas (ECR) e Identidad y Democracia (ID).

En estos dos grupos tenemos a Vox en España, los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, la Liga de Matteo Salvini también de Italia, Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, Alternativa para Alemania, Unión Cívica de Viktor Orbán en Hungría (a pesar de que no forma parte de ninguno de los dos grupos) o el Partido por la Libertad del neerlandés Geert Wilders, entre otros.

Primer plano de Marine Le Pen

El previsible ascenso de estos partidos puede provocar que el PPE rompa con su tradición de pactar habitualmente con socialdemócratas y liberales (Renew Europe) y se abra a llegar acuerdos con las formaciones identitarias, especialmente con los Conservadores y Reformistas. De hecho, cada vez hay más voces dentro de los populares europeos que ven con buenos ojos pactar puntualmente con ellos. 

Esto cambiaría por completo el escenario político europeo actual. Y es que, a efectos prácticos, los partidos situados a la derecha del PPE han sufrido históricamente un cordón sanitario que ahora podría tener los días contados. Sin embargo, hay otro elemento a tener en cuenta: la división existente entre las formaciones identitarias y antiglobalistas.

La derecha identitaria, dividida

A pesar de pensar lo mismo en cuestiones como la defensa de la soberanía nacional de los Estados miembros, su crítica a los llamados “burócratas de Bruselas”, a la Agenda 2030 y al globalismo o su lucha por proteger las fronteras y defender la “civilización occidental europea”, estos partidos se encuentran actualmente divididos.

Por un lado tenemos a los Conservadores y Reformistas (ECR), grupo del que forman parte Vox, Meloni, los Demócratas de Suecia o el PiS de Polonia, entre otros. Por el otro lado tenemos a Identidad y Democracia (ID), formada por Le Pen, Salvini o Alternativa por Alemania, que este jueves ha sido expulsado de ID por unas polémicas declaraciones de uno de sus dirigentes. En ellas, afirmó que  no se podía catalogar de criminales a todos los que llevaban un uniforme de las SS.

Una de las principales diferencias entre ellos es que el ECR se sitúa más cercano al atlantismo que ID. De hecho, la guerra en Ucrania ha evidenciado sus distancias, ya que, en líneas generales, ECR tiene una posición más favorable a Ucrania que ID, al que han llegado a considerar incluso pro-ruso.

Más allá de estas diferencias, la cuestión es que las encuestas pronostican que un gran ascenso para ECR e ID, que si decidieran juntar sus grupos (algo que por ahora no está previsto) podrían convertirse incluso en el eurogrupo con más fuerza en el próximo Parlamento Europeo.

Más allá de estas divisiones, lo que está claro es que su auge podría hacer cambiar no solamente las históricas alianzas europeas, sino también algunas de las políticas que marcarán el futuro de Europa. Eso sí, el acercamiento del PPE a estos partidos se daría por la parte de ECR. En cualquier caso, está claro que algo está cambiando en el continente. Y ese cambio se podrá ver, previsiblemente, a partir del 9 de junio.

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