Montaje con tres planos medios de Laura Borràs, Carles Puigdemont y Jordi Turull con cara de preocupación
OPINIÓN

Cada vez menos Junts

El futuro de Junts como proyecto político es cada vez más sombrío, como cualquier artefacto político de nueva creación que ha experimentado un éxito rápido

El futuro de Junts como proyecto político es cada vez más sombrío, como cualquier artefacto político de nueva creación que ha experimentado un éxito rápido. El partido, creado principalmente para dejar atrás la corrupción de Convergència y el estancamiento del PDECat, y para crear una tribuna a medida para un hasta entonces actor secundario como Carles Puigdemont, está al borde de la implosión. Y esto se debe a haber caído en el mismo error que, en su momento, cometieron Ciudadanos, Podemos, Vox y posiblemente también Sumar: no filtrar quién obtenía la afiliación y quién ocupaba ciertas responsabilidades.

En Junts hay buena gente, los conozco bien de su etapa en Convergència, mala gente y oportunistas que solo quieren satisfacer su ego personal. Son fáciles de identificar. Pero también hay, y prácticamente podrían agruparse en esos mismos grupos mencionados anteriormente, posibilistas, radicales y estrambóticos.

Por evitar posibles querellas y no hacer señalamientos públicos por el bien de la salud mental de todos, algo que estos días ha estado de moda y que debería preocupar más a Junts que blindar a Puigdemont o Alay con la amnistía, me abstendré de poner nombres a cada etiqueta. Dejo que sean ustedes quienes extraigan las conclusiones y dejen volar la imaginación.

Posiblemente, nunca, ni siquiera cuando Jordi Pujol levantaba la bandera del catalanismo político en Madrid, mientras desplegaba la de Andorra en el salón familiar de los Pujol-Ferrussola, el espacio que representa Junts y anteriormente Convergència, si es que realmente ocupan el mismo espacio, habían tenido tanto poder y capacidad de influir en la gobernabilidad del Estado.

La candidata número 1 de Junts per Catalunya por Barcelona al Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, y el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, a su llegada a una reunión del partido para valorar los resultados de las elecciones del 23J

Incluso en la estabilidad de una de las principales potencias de la Unión Europea. Un hecho preocupante teniendo en cuenta que algunos de los que tienen en sus manos la gestión de esto son los del “apretad” y cuanto más caos mejor.

Y estos, los radicales y los estrambóticos, son los que siguen llevando el timón de un transatlántico llamado Junts. Una nave que hasta ahora ha sabido navegar en marejadas importantes, pero que el hecho de ir tensando la cuerda está empezando a provocar filtraciones en los bajos del barco. Y ya sabemos cómo acabó el Titanic… por si acaso queda alguien que no lo haya visto, miren cómo están acabando Ciudadanos y Podemos.

En ambos proyectos, como en Junts, cuando lleguen al fondo del mar nadie será capaz de reflotar la embarcación. La gran duda es si también se hundirán todos sus ocupantes o alguien conseguirá sobrevivir.

Por el momento, este pasado jueves, vimos cómo saltaba por la borda el exconseller de Interior Miquel Sàmper. Muy cercano a Josep Rull, un moderado convergente, socialdemócrata, que gusta a Puigdemont para encabezar la lista de Junts en las próximas elecciones catalanas.

Montaje de Miquel Sàmper i el cartel de Junts roto

La despedida de Sàmper, por lo tanto, puede ser un presagio de lo que puede acabar pasando con todos aquellos moderados y centrados que se están viendo menospreciados diariamente por alguna inhabilitada por corrupción que aún manda mucho a pesar de haberla apartado en las negociaciones.

Veremos, en las próximas semanas, si detrás de Sàmper hay más afiliados o incluso dirigentes de Junts que caminan hacia la puerta de salida. Cansados, seguramente, de intentar hacer política en una especie de esplai o asociación vecinal especialmente activista.

Si me hacen tomar partido, opino que sí. La convivencia, explican algunos dirigentes de Junts, es insostenible.

Y la última ejecutiva de esta semana, con amenazas de dimisión sobre la mesa de los principales responsables del partido, a modo de ultimátum a la pareja de ‘o tu madre o yo’, evidenció que Junts S.A. montada para la supervivencia política de unos pocos, dando cabida a todo aquel que no tenía donde caerse muerto, cada vez tiene lugar para menos personas. Falta por ver quién se queda con el agónico proceso de disolución

➡️ Opinión

Más noticias: