Montaje artístico de dos retratos de un hombre afrodescendiente con casco y camisa, sobre un fondo rosa con detalles geométricos
OPINIÓN

De Texas al cerro de Mosquito

La historia de Oliver Law, el jefe del Batallón Lincoln en la Guerra Civil Española

Imagen del Blog de Joaquín Rivera Chamorro

Para comprender la trayectoria de Oliver Law, resulta imprescindible enmarcar su biografía en el sistema social heredado por los afroamericanos del sur de Estados Unidos. Texas fue, tras su independencia de México y posterior anexión como un estado más en 1845, uno de los territorios pioneros en el desarrollo de un régimen esclavista basado en plantaciones algodoneras extensivas.

Siguiendo la dinámica del sur profundo, la esclavitud no sólo organizó la economía, sino también la jerarquía social y política. La proclamación de emancipación firmada por Abraham Lincoln en 1863 marcó un punto de inflexión legal; pero en Texas, aislado del núcleo de poder federal y fuertemente militarizado, la noticia y la aplicación efectiva de la abolición no llegó hasta junio de 1865.

Sin embargo, la emancipación formal no significó el cese del racismo sistémico. Tras la abolición de la esclavitud por la 13ª Enmienda, los estados del sur pasaron por un breve período en el que los afroamericanos gozaron de algunos derechos civiles y políticos, gracias a la ocupación federal y las reformas republicanas.

A partir de 1877, con el retiro de las tropas federales del sur, los gobiernos estatales y locales blancos restablecieron su control y aprobaron una serie de leyes y ordenanzas destinadas a mantener una jerarquía racial. Las leyes Jim Crow, que se llamaron así por una obra de teatro de la década de 1830 que ridiculizaba a la población afroamericana, establecían la separación física de blancos y negros en todos los ámbitos de la vida pública y privada: escuelas, hospitales, transportes, restaurantes, baños públicos, teatros, parques, fuentes de agua, etc.

Soldados afrodescendientes formados en fila con uniformes y sombreros sosteniendo rifles en un campo

A través de mecanismos como los impuestos al voto (poll taxes), las pruebas de alfabetización y la manipulación censal, se negó eficazmente el derecho al voto a millones de afroamericanos. A todo esto, hay que unir una manifiesta desigualdad económica y educativa, así como la violencia e intimidación para ejercer el control sobre una población segregada de facto.

Aunque ahora nos parezca una auténtica barbaridad, lo cierto es que este tipo de leyes no fueron abolidas hasta finales de los cincuenta y principios de los 60 del siglo XX. Este es el suelo histórico y social en el que nació Oliver Law en 1900, en el oeste de Texas.

Durante la infancia y adolescencia vivió en carne propia las limitaciones de acceso educativo, la discriminación laboral y el clima de silencio y miedo impuesto por la supremacía blanca local. Al alcanzar la mayoría de edad, Law se alistó en el ejército de los Estados Unidos, sirviendo como soldado raso en el 24º Regimiento de Infantería entre 1919 y 1925.

Este regimiento, compuesto exclusivamente por soldados afroamericanos (los llamados Buffalo Soldiers), formaba parte de una estructura castrense segregada donde las oportunidades de ascenso y mando para los afroamericanos eran excepcionales. La experiencia militar ofrecía sin embargo cierta estabilidad económica y la posibilidad de adquirir capacitación, algo no menor en el contexto de la discriminación reinante.

Terminada su etapa militar, Law emigró primero a Bluffton, Indiana, donde trabajó en una planta cementera, y después a Chicago, donde condujo un taxi para 'Yellow Cab Company'. El derrumbe económico de 1929 agravó sus condiciones. Durante la Gran Depresión sobrevivió en condiciones laborales precarias, desempeñando tareas de estibador y abriendo fugazmente un restaurante.

En este contexto de inestabilidad, Law se radicalizó políticamente. Primero se vinculó a la International Labor Defense, una organización legal de defensa de perseguidos políticos de orientación comunista, y en 1932 se afilió al Partido Comunista de los Estados Unidos, organización especialmente activa entre las comunidades obreras y afroamericanas de las grandes ciudades industriales.

Law tuvo varios encontronazos con la 'Red Squad' de la policía de Chicago, destacamento dedicado a la represión de militantes de ideología marxista. En 1935 fue arrestado durante una manifestación contra la invasión italiana de Etiopía y poco después contrajo matrimonio con Corrine Lightfoot, hermana de Claude Lightfoot, dirigente comunista afroamericano. Así conformó un reconocido perfil de militante obrero y antirracista.

Las Brigadas Internacionales

La irrupción de la Guerra Civil Española en julio de 1936 produjo un hondo impacto en la izquierda europea y mundial. España representaba, para el movimiento comunista internacional, la punta de lanza en la confrontación abierta contra el fascismo, tras las derrotas sufridas en Austria y Alemania. Sin embargo, el significado político de la contienda, y en particular el carácter de las Brigadas Internacionales, estuvo lejos de identificarse simple o únicamente con los ideales democráticos liberales.

Conviene subrayar que la iniciativa de organizar las Brigadas Internacionales fue impulsada, coordinada y sostenida principalmente por la Internacional Comunista (Komintern), bajo indicaciones emanadas del VII Congreso, celebrado en Moscú en agosto de 1935. En dicha reunión se aprobó la política internacional de los 'frentes populares': coaliciones de fuerzas de izquierda (socialistas, comunistas, liberales) destinadas a contener el avance de los fascismos, aun a costa de sacrificar las agendas revolucionarias. Este viraje estratégico (en contraste con la fase de la "clase contra clase" durante los primeros años 30) respondía tanto al ascenso de Hitler y Mussolini como a las necesidades de defensa internacional de la Unión Soviética.

Hombre con casco militar y ropa de trabajo de pie en una calle con edificios al fondo

Las Brigadas Internacionales no fueron, por tanto, un fenómeno espontáneo propio de un internacionalismo horizontal y democrático. Si bien acogieron a combatientes de inclinaciones muy variadas —liberales, socialistas, comunistas, sindicalistas, antifascistas sin filiación—, respondían al diseño, supervisión y control del Komintern, que determinó su actuación operativa a través del Partido Comunista de España y cuadros internacionales. Las Brigadas se estructuraron militarmente, centralizando cadenas de mando, información y disciplina política bajo la égida comunista. Este hecho moldeó tanto su funcionamiento como su legado, y explica su visibilidad y eficacia, aunque también generó tensiones internas, propaganda y desinformación.

Las motivaciones individuales de los voluntarios transitaron entre la solidaridad anti-fascista, el horizonte revolucionario y la búsqueda de sentido o aventura personal, pero el objetivo prioritario, de acuerdo con la línea oficial, era el enfrentamiento directo con las fuerzas fascistas y la preservación de la República española como eslabón imprescindible en la estrategia de resistencia continental, no necesariamente la consolidación de un orden democrático-liberal.

Ante este escenario, Oliver Law fue uno de los cerca de 2800 voluntarios estadounidenses que enfrentaron las restricciones legales de su país para incorporarse clandestinamente a las Brigadas Internacionales. Recibió su pasaporte en enero de 1937 y llegó a Albacete, base central del reclutamiento internacional, en el invierno de ese año.

El Batallón Abraham Lincoln, encuadrado dentro de la XV Brigada Internacional, ofrecía la singularidad de ser una unidad multiétnica, algo infrecuente en el contexto militar estadounidense, aunque el ideal de igualdad racial y de género dentro del batallón a menudo se vio matizado por actitudes y conflictos importados de Estados Unidos. La llegada de Law coincidió con la reorganización tras la catástrofe sufrida en el Jarama, donde el 27 de febrero de 1937 el Lincoln fue diezmado en asaltos frontales infructuosos, perdiendo buena parte de su oficialidad.

El responsable directo de convertir el Batallón en una suerte de carne picada era el jefe de la 15ª Brigada Internacional, el general János Gálicz, un soviético que había nacido en Hungría, pero que había combatido formando parte de los bolcheviques en la guerra civil rusa. Gal, que así abreviaban su apellido, se hizo tristemente célebre por su interpretación de la doctrina militar soviética, con ataques frontales sin ningún tipo de flexibilidad que acababan casi siempre en auténticas carnicerías.

Oliver Law con uniforme militar y casco, sentado junto a otro compañero

La experiencia militar previa y la capacidad de mando de Law, sumadas a su compromiso político, le permitieron un ascenso rápido: fue primero jefe de sección de ametralladoras, después jefe de una compañía, y finalmente segundo al mando de la unidad. Relevó al jefe de su batallón que pasó a formar parte del Estado Mayor de Gal. Esto supuso un hito: el primer afroamericano al frente de una unidad militar integrada en la historia estadounidense moderna. El proceso de selección y ascenso dentro de las Brigadas Internacionales, aunque oficialmente meritocrático, estuvo condicionado por afinidades y redes políticas internas propias del movimiento comunista, como sucedió con las propias milicias españolas. No obstante, los testimonios apuntan a que Law contaba con el respeto de gran parte de los suyos.

Brunete y el cerro de Mosquito

El verano de 1937 marcó el inicio de una de las grandes operaciones militares del bando gubernamental: la Batalla de Brunete. El objetivo era aliviar la presión franquista sobre Madrid lanzando una ofensiva por el oeste de la capital, aprovechando el factor sorpresa y la concentración de fuerzas. La batalla, que comenzó el 6 de julio y se prolongó hasta el 25, movilizó a más de 80.000 efectivos.

En este contexto, la XV Brigada Internacional, incluyendo al Batallón Lincoln bajo el mando de Law, recibió la misión de asaltar y tomar el llamado Cerro Mosquito, un vértice de gran importancia táctica desde el que se dominaba gran parte de la zona. Las condiciones eran sumamente adversas: temperaturas superiores a los 40º C, falta de agua y munición, exposición constante al fuego enemigo y una defensa bien atrincherada por parte de las fuerzas regulares indígenas.

Los combates en el Cerro Mosquito se caracterizaron por frontalidad, muchas veces sin suficiente preparación de apoyo de artillería, muy propia de la poca audacia de Gal. Law, ejerciendo personalmente el mando y siguiendo la costumbre de liderazgo expuesto, dirigió los asaltos iniciales y los intentos de consolidación de un saliente en el despliegue logrado a base de mucha sangre. El 10 de julio de 1937, Law fue alcanzado mortalmente en plena acción, cuando trataba de reagrupar a sus hombres bajo intenso fuego cruzado. Sus restos quedaron inicialmente insepultos y su cuerpo sólo fue recuperado días después.

El asalto a Brunete, pese a iniciales avances republicanos, terminó en fracaso táctico: las fuerzas franquistas recuperaron rápidamente el terreno perdido, infligiendo costosas bajas tanto a fuerzas regulares como a brigadistas internacionales. El papel del Lincoln supuso un alto grado de sacrificio y desgaste humano, pero el impacto estratégico general fue limitado, o siendo honestos, casi inexistente.

La participación de Oliver Law en la Guerra Civil Española ha sido objeto tanto de elogios heroicos como de análisis críticos. Su muerte en combate y su papel como pionero racial en contextos militares han sido reivindicados, especialmente desde los años ochenta, en el marco de la memoria histórica afroamericana. En 1987, el alcalde de Chicago, Harold Washington, instituyó el "Día de Oliver Law y la Brigada Abraham Lincoln", reconociendo oficialmente su figura que había formado parte del ostracismo al que fue sometido todo lo que oliera a comunismo en la Guerra Fría.

Oliver Law con uniforme militar antiguo escribiendo en una hoja mientras sostiene un cigarro en la boca

Las Brigadas Internacionales, por su parte, han generado un intenso debate historiográfico. La literatura especializada coincide en remarcar su eficacia militar limitada, pero su relevancia propagandística y simbólica como instrumento de la política estalinista de frente popular. La operación de reclutamiento, capacitación y funcionamiento, a menudo plagada de conflictos internos, espionaje y depuración ideológica, respondió, como muestran las fuentes soviéticas y testimonios posteriores, a prioridades estratégicas impuestas por Moscú más que a iniciativas estrictamente democráticas.

Un análisis riguroso de las Brigadas requiere evitar tanto la mitificación idealista como la denigración total. Constituyeron un fenómeno complejo: por un lado, expresión genuina de solidaridad antifascista de miles; por otra, brazo operativo del engranaje comunista internacional interesado prioritariamente en frenar al fascismo y preservar los intereses geopolíticos de la URSS.

La vida, ascenso y muerte de Oliver Law, así como la suerte del Batallón Abraham Lincoln en Brunete y el Cerro Mosquito, deben ser evaluados en ese haz de contradicciones: entre ideales personales, límites institucionales y contexto bélico e ideológico global. Pero, habiendo nacido negro, en un lugar donde eras un ciudadano de segunda, ¿Qué ideología podía seguir Oliver Law? La que le permitía soñar que un día sus hijos serían iguales que los hijos de los blancos y con las mismas oportunidades y, para ello, el marxismo representaba una puerta de entrada a la tierra prometida.

Oliver Law fue el primer afroamericano en mandar una unidad militar con subordinados blancos, y fue muy cerca de Villaviciosa de Odón, en las cercanías de Madrid, un tórrido mes de julio de 1936. Encontró la muerte en una tierra extraña para él, tratando de conquistar un simple cerro y enfrentándose a africanos marroquíes que acabaron con su vida. Las guerras tienen estas cosas. Pero esa es otra historia digna de ser contada.

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