Soy catalán, ¿a qué impuesto quieres que te gane?
La Generalitat sigue sin querer rebajar sucesiones, mientras que el impuesto por la compra de vivienda sigue siendo el más alto de España
La pasada semana el impuesto de sucesiones volvía a ser noticia en Cataluña. Junts exigía la eliminación de sucesiones para poder aprobar los presupuestos de la Generalitat, algo que no entra en los planes de Esquerra. Los republicanos no quieren rebajar los ingresos y renunciar a encontrar vías alternativas o reducir gastos que probablemente son totalmente prescindibles. Es más fácil recaudar que optimizar en la administración pública.
El caso es que a día de hoy solo hay tres comunidades con una fiscalidad alta en España. Cataluña, Castilla la Mancha y Asturias son las únicas donde no hay una bonificación casi integra del impuesto de sucesiones y donaciones. Por la misma herencia, en Baleares no se pagará absolutamente nada, así como en Galicia, Cantabria o Andalucía. Cataluña es ahora mismo la segunda comunidad del Estado donde este impuesto es más alto, solo superada por Asturias.
La carga fiscal en Cataluña es muy elevada, no estoy descubriendo nada nuevo. Normalmente, debería ir asociada a servicios públicos eficientes, pero ya saben ustedes que no es el caso. No hace falta explicar el estado de la educación o la sanidad en Cataluña, de modo que pagar más no significa en ningún caso recibir servicios mejores. Estamos hablando de impuestos que recauda y se queda la Generalitat de Cataluña, recuerden.
Sucede algo similar con el impuesto de transmisión patrimonial, el ITP, que uno paga cuando compra una vivienda de segunda mano. Si uno no es menor de 32 años y su renda no supere los 30.000, el impuesto es del 10%. Es decir, por una casa de 300.000 euros, pagaremos además 30.000 euros a la Agencia Tributaria de Cataluña. Si uno se compra una vivienda de igual precio en Madrid, la tasa es del 6%, de modo que solo pagará 18.000 euros, 12.000 menos que en Cataluña. El ITP es del 4% en el País Vasco, del 8% en las Islas Baleares, el 7% en Andalucía, el 8% en Extremadura y el 8% en Asturias.
Los catalanes somos la comunidad de España con más impuestos propios, más allá de los comunes en toda España. En algo sí que somos los primeros. Ahora que la economía de Madrid nos ha superado y que Andalucía ya cuenta con más autónomos que nosotros, siempre podemos explicar que ganamos en impuestos. Tenemos 15 tasas propias, con las que recaudamos más de 863 millones de euros, no está nada mal.
Hay que tener en cuenta que en Cataluña tenemos el doble de impuestos que en Valencia, que es la segunda comunidad con más tasas propias. Madrid, por ejemplo, no cuenta con ninguna. Podríamos aislarla de la ecuación por el hecho de ser la capital, pero es que Baleares, Cantabria y La Rioja solo cuentan con cuatro impuestos propios.
Impuestos para generar dependencia de la administración
Es evidente que es una cuestión política e ideológica. Cataluña opta por recaudar lo máximo posible y apuesta por rendas garantidas, ayudas y otros gastos estratosféricos como TV3, con un presupuesto de más de 300 millones de euros anuales. Ahora parece que Junts per Cataluña apuesta por un discurso fiscal diferente, que abogue por la bajada de impuestos y por la competitividad empresarial. Sin embargo, en los últimos años, los de Puigdemont gobernaron, subieron algunos de estos impuestos y crearon otros de nuevos.
La carga impositiva en Cataluña es exagerada. Somos los que más pagamos por todo y no hay un retorno evidente. El argumento del déficit fiscal no puede taparlo todo, no puede ser así. La Generalitat, como hace cualquier empresa privada, debería poder optimizar sus recursos, dejar de crear agencias catalanas de todo y entender que si las otras comunidades nos superan es porque son más competitivas. Así de simple.
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