La secta educativa
Parece que la educación actual esté en manos de una secta de curanderos y astrólogos que imponen sus creencias
La educación actual parece estar en manos de una secta. Yo soy científico, un doctorado en ciencias geológicas que creyó en la educación y se hizo docente, pero que se encontró con mucha burocracia, con muchas teorías educativas y en muchas reuniones con las que las predicaban.
Y después de tanto papeleo, pedagogías y misas, estos predicadores te ordenaban aprobar a todos los alumnos por la cara, la famosa promoción automática.
En fin, me encontré con un sistema educativo descafeinado, reducido y rebajado por pseudocientíficos, es decir, por una secta. Me explico más, imagínense que el conseller de Sanidad fuera un chamán con sus plumas, conjuros y amuletos.
Imagínense ahora que este consejero ha ordenado despedir a todos los médicos de nuestros hospitales para sustituirlos por “curanderos”, por charlatanes que sólo quieren distraer a los enfermos y no curarlos. O imagínense que el director de la NASA quiere despedir a todos sus astrofísicos y científicos para sustituirlos por astrólogos y futurólogos que sólo quieren estafar al personal, pero no investigar.
Con tanta imaginación anterior, ¿qué pensarían?
Pues que consejeros y directores gobiernan una asociación de iluminados, es decir, una secta. Pues eso mismo le está ocurriendo en nuestra educación. Quienes la gobiernan son una secta de curanderos y astrólogos que imponen sus creencias sin ninguna demostración científica. ¿Qué? ¿Que no me creen? Pues están de suerte.
Primero porque los resultados de PISA han dejado claro que con estos dirigentes y asesores educativos no vamos bien, mejor dicho, no vamos, o peor aún, vamos atrás. Y segundo porque llevo más de treinta años vinculado a la educación y he descubierto quiénes son los miembros de esta secta. Adelante las pruebas.
Prueba número 1, la más apolillada, la más vieja, la más profesaure
"Los que sostienen que el nivel educativo bajo son los profesores viejos" (Álvaro Marchesi, principal ideólogo de la LOGSE y secretario de Estado de Educación entre 1992 y 1996 en: Controversias de la Educación Española)
Vamos, entonces los resultados desastrosos obtenidos en PISA son falsos; o la opinión de muchos jóvenes docentes que se quejan de los ínfimos currículos a impartir también es falsa; o de la mayoría de los profesores que han denunciado el bajón de contenidos a enseñar durante las últimas décadas.
Prueba número 2, la más futurista, la más astral, la más Star Wars
"La educación por competencias formará a los alumnos para los trabajos desconocidos del mañana" (Eduard Vallory, Escola Nova 21 & Fundació Bofill. Dicho en diferentes tuits y conferencias)
¿Y cómo sabe Vallory cuáles serán estos trabajos del futuro? O mejor aún, ¿cómo va a formar nuestros alumnos para lo que no sabemos? ¿Con una carta astral? ¿Escuchando a un futurólogo de la NASA? ¿Echando el tarot?
Prueba número 3, la más literaria, la más sabia, la más ignorante
“Los niños no saben leer y no es necesario que sepan[…]. La profesión docente no es enseñar[conocimientos]” (Jaume Funes, psicólogo, educador y periodista. El Diario de la Educación, 8 de mayo de 2023)
No, esto no es un chiste de Louis de Funès, es el eje de la educación actual. En muchos cursos para profesores nos afirman que los docentes no debemos saber tantos conocimientos, que no hace falta que dominemos nuestra especialidad y que el docente no debe enseñar sino hacer que los escolares aprendan por sí mismos.
A tal efecto debemos ser guías espirituales de nuestros alumnos dado que ellos sólo descubrirán, y de forma innata, los aprendizajes. Vamos, que ellos solo llegarán a deducir la Revolución Francesa, la teoría de la evolución y la relatividad general. Si el desarrollo cognitivo fuese un hecho biológico y natural, los niños no necesitarían ni padres ni profesores para llegar a ser cultos, autónomos y responsables.
Si los alumnos supieran cómo aprender mejor, no sería necesaria la pedagogía ni las ciencias de la educación. Ellos mismos serían ya pedagogos y científicos. Si los estudiantes supieran cómo estudiar mejor, muchos de ellos obtendrían excelentes sin esfuerzo.
En fin, deje a un niño libre en su ignorancia y no lo educará.
Prueba número 4, la más clave, la más negacionista, la más competente
"Quien crea que mejorar los resultados en PISA es clave, que se aleje de los negacionistas de las competencias". (Eduard Vallory, Escuela Nueva 21 & Fundació Bofill. Tuit del 6 de diciembre de 2023)
Así pues, y según Vallory, no es necesario mejorar nuestros resultados en las pruebas PISA. Es decir, Vallory se convierte en negacionista de los datos de PISA al decir que no deben mejorarse, pero acusa de negacionistas a quienes le critican.
Cabe recordar que Vallory ha reconocido públicamente que repitió varias veces el bachillerato, que nunca ha impartido clases entre adolescentes y que las clases magistrales deben eliminarse, pero él no deja de explicar esto impartiendo clases magistrales de cómo deben impartir las clases los docentes.
Prueba número 5, la más internauta, la más desmemoriada, la más superior
“No hace falta memorizar dado que todo está por Internet[…]. La no memorización potenciará las llamadas habilidades superiores del siglo XXI”
(Eduard Vallory. Fundación Bofill & Escola Nova 21. En diferentes conferencias)
Y cuáles serán estas habilidades superiores del siglo XXI, ¿la transmisión de conocimientos? ¿La memorización? ¿El esfuerzo? ¿La experiencia? Pues no, ninguna de las anteriores.
Las habilidades superiores del siglo XXI serán la resolución de problemas, la comprensión lectora, el análisis crítico y la creatividad. Es decir, la no memorización potenciará la creatividad, la resolución de problemas, el análisis crítico y la comprensión lectora.
Pues si no es necesario memorizar conocimientos dado que todo está por Internet, veo muy difíciles estas habilidades superiores. Sería como decir que no es necesario memorizar porque todo está en los libros. O que la información tóxica de las redes es lo mismo que los conocimientos contrastados de un docto.
En todo caso, y si usted dudara de todo lo anterior, pregúntese lo siguiente, ¿subiría a un avión donde el piloto estuviera buscando por Internet cómo conducir la nave? O mejor aún, ¿se dejaría intervenir por un cirujano que buscara cómo operarlo en un tutorial de YouTube?
Prueba número 6, la más matemática, la más calculada, la más computada
"A los de primaria ya no les enseñamos las tablas de multiplicar, sino que les enseñamos a manejar la calculadora" (Directora de una escuela de Vic premiada con muchos títulos de innovación pedagógica)
Vamos, que sería como decir que en la escuela ya no se enseña a leer, sino que se enseña a escuchar audiolibros, y que sólo habría que llevar a los niños y niñas al otorrino. Si sienten bien ya saben leer.
Pues bien, la frase de la directora de Vic fue empalmada a un padre preocupado por su hijo. ¿La causa? Que el jovencito no sabía qué eran las tablas de multiplicar. Me pregunto qué pensó ese padre de Vic, ¿ya no sé dónde Vic?
Prueba número 7, la más poética, la más democrática, la más ecopija
"El aula debe ser una metáfora de lo que ocurre fuera: si el poder está en manos de todos, en el aula debe pasar lo mismo" (María Acaso, profesora de educación artística de la Universidad Complutense en: La Vanguardia del 8 de marzo de 2014)
Es decir, la clase debe ser una democracia en la que los alumnos estén por igual con el maestro y puedan decidir cosas por comicios. En este caso podrán votar no ir a clase, no aprender, castigar a los padres y después quemar la escuela. Descrito este riesgo, ¿qué decirle a la profesora Acaso?
Pues que educar en un aula democrática no es lo mismo que educar para la democracia. Educar en libertad en el aula puede ser muy peligroso si lo que queremos es educar para la libertad. Una academia jerárquica puede instruir a humanos demócratas, pero un aula democrática puede producir ignorantes tiranos.
Prueba número 8, la más lúdica, la más magistral, la más chupiuai
Esta prueba son algunos trabajos finales de 1º del grado de pedagogía que los graduados cuelgan por las redes, en concreto algunos de la asignatura de Didáctica y Currículum de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Barcelona. Los trabajos son manualidades haciendo casitas y aulas llenas de Airgam Boys que unos escolares de primaria harían como actividad lúdica. Esto puede parecer extraño, pero los cursos donde se realizan trabajos manuales de escolares a los profesores asistentes, es algo frecuente.
Me explico. En una ocasión me matriculé en un curso de evolución humana, un curso de paleoantropología, y me hacían montar rompecabezas donde salía un cráneo de australopitego, uno de Homo erectus, y uno neandertal. Al de sápiens ya no llegué, abandoné aquella sesión.
Prueba número 9, la más emocional, la más formativa, la más astral.
"Curso para docentes de bienestar emocional a través de la astrología psicológica" Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla la Mancha.
Curso que se iba a impartir del 7 de febrero al 15 de mayo de 2024
Quizá creen que este curso es una excepción, pero la mayoría de las formaciones para docentes que ofrece el Gobierno no son de más conocimientos y técnicas didácticas, al contrario, son de crecimiento personal e innovación, de constelaciones familiares, de Mindfulness, de inteligencias múltiples, de kinesiología, o de matemática emocional, todos ellos sin demostración científica alguna.
En fin, y en el curso de "Bienestar emocional a través de la astrología psicológica", volvemos a hacer como la NASA imaginada, sustituyendo a la Astrofísica por la astrología. En fin, poca ciencia con evidencia, pero mucha fe en la creencia. Además, la mayoría de los maestros creen en los mitos educativos anteriores.
Cabe preguntarse, pues, ¿qué demonios se enseña en las facultades públicas de magisterio?
Y finalmente prueba número 10, la más absurda, la más atómica, la más terrorista.
“[En educación]primero hay que destruir lo que hay y después ya nos vendrá algo a la cabeza” (Michel Foucault, inspirador de las corrientes de innovación pedagógica para reducir contenidos a enseñar, pero en pro de la educación por competencias y proyectos)
Es decir, hágase el harakiri y le vendrá algo a la cabeza, es decir, que se morirá. Hombre señor Foucault, ¿y si con esto destruimos los métodos buenos y acogemos otros nocivos? ¿Y si erradicamos los derechos humanos y después nos reinventamos una dictadura?
En fin, si cada pensador educativo cree que mejorar es llevar la contraria a la anterior, simplemente repetirán los errores del pasado anterior. No todo lo nuevo debe ser bueno, ni todo lo antiguo malo.
Por tanto, no hace falta cambiar la enseñanza sin más, sino mejorarla con lo bueno del pasado comprobado y lo mejor del futuro contrastado. Una idea moderna no tiene por qué ser mejor que una antigua. Si enseñamos a sumar con números romanos parecerá innovación, pero poca adición será.
Innovar por innovar no significa mejorar, innovar por innovar sólo repite un infinitivo.
Para mejorar la enseñanza no es necesario volver a la anterior por viejo, sino que es necesario volver a lo que funciona por demostración, sea viejo o nuevo. Las técnicas eficaces en enseñanza provienen de la tradición histórica, el viejo, de la experiencia docente, el menos viejo, y de la ciencia empírica, el viejo y el nuevo.
Si hacemos un resumen de todas las pruebas anteriores veremos que los gurús educativos y sus creyentes no paran de idolatrar las palabras emocional, felicidad, creatividad y juego, pero encuentran sacrílegas palabras como estudiar, deberes, exámenes, memorizar, conocimientos, esfuerzo, disciplina, autoridad, experiencia y repetición de curso.
Desgraciadamente, las palabras de los gurús como felicidad, creatividad, etcétera, sólo sirve para presentar trabajos finales con Airgam Boys y pensamiento positivo bajo la escuela del chupiguay. Sin embargo, las palabras sacrílegas como estudiar, deberes, etcétera, mejorarían nuestros resultados en PISA y nuestra eficacia educativa.
En fin, cuando los profesores señalan que el Rey de la educación va meado por PISA y en balones, los creyentes en la secta van y se los veneran, los balones, para después acusar a los docentes críticos de profesores, de anticuados y de descreídos en su religión del Rey desnudo.
Pero, ¿y si los alumnos aumentaran su nivel de esfuerzo, deberes y estudio? ¿Qué pasaría? Pues que aprenderían más y mejorarían los resultados PISA. Desgraciadamente la secta educativa no admite esa posibilidad. ¿Por qué? Porque deberían admitir que son una secta tóxica y destructiva para toda la sociedad.
La conclusión de todo ello es lo que dijo el secretario de Estado de Educación de los Estados Unidos de la época Obama: “Education runs on lías” (Arne Duncan, 2018 en: How schools work. Secretario de Estado de Educación de Estados Unidos, 2009-2016), es decir, que la educación funciona con mentiras, mentiras de la secta educativa.
De hecho, todas nuestras leyes educativas están llenas de pseudociencias, es decir, de creencias y mentiras que nunca han sido demostradas. Son métodos que no tienen garantía científica ni garantía de la tradición, sino que son engaños ideados por la intuición y la creencia sin eficacia probada.
Ejemplos los tenemos en el ABP, la DUA, la Educación por Ámbitos, las Inteligencias Múltiples, y el Learning by Doing. Por cierto, ¿han entendido algo? Pues ésta es la intención de la secta educativa, que parezca que ellos saben mucho y ustedes se crean ignorantes, pero crédulos en ellos.
Toda secta se basa en esta técnica, el engaño de los iluminados. Ellos han despejado el aceite del cartero de una moto para llenarlo solos de su aire.
¿Consecuencia? Pues la moto trepada, es decir, los resultados PISA. Y esto no es pedagogía, es pedagogismo, una religión o ideología como el madridismo, el estalinismo o el yihadismo.
La pedagogía es una rama del conocimiento mientras que el pedagogismo es una creencia sin fundamentos, es terrorismo educativo. Por tanto, digámoslo claro, la educación actual está en manos de la secta pedagogista.
Ahora, por favor, no se les crea más y pasen a la acusación. Así, otros en el aula volveremos a enseñar humanidades y ciencias con evidencias. Yo cómo, ya profesor, simplemente quiero enseñar.
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