Cuando el periodismo molesta

Objetivo: la prensa libre e independiente. Pedro Sánchez y el PSOE se han quitado la careta y ya han dejado claro que el periodismo les molesta. A Sánchez, en la Moncloa y los socialistas, solo les gustan aquellos medios de comunicación que reproducen al dictado todo lo que comunican de forma oficial.

Si puede ser copiando y pegando, mejor. No, no es el caso de e-noticies. Aquí se hace periodismo, moleste a quien moleste. Este medio, como tantos otros, no debe nada a nadie. Por lo que publican los podrá distinguir.

Tras el sainete de cinco días en los que escondió con dimitir, una dimisión que, según reconoció él mismo, nunca le había pasado por la cabeza, Pedro Sánchez reapareció en una entrevista en televisión pública para cargar contra el resto de prensa que hace periodismo.

Sí, por qué en TVE, en esta entrevista, periodismo hubo poco. Lo que puso en práctica a una gran profesional como Marta Carazo. Pues el otro entrevistador, Xabier Fortes, hizo vasallo al servicio del poder. Lo que le gusta en Moncloa.

Sánchez, en un ataque sin precedentes por parte de un presidente del Gobierno español, acusó a los medios de comunicación —a algunos de los cuales redujo a página web, en un intento de ridiculización— de estar al servicio de la ultraderecha y de la fabricación de noticias falsas para que los jueces puedan pervertir a la justicia. Básicamente por qué un juez, en virtud de sus funciones y obligaciones, decidió abrir diligencias previas para investigar si la esposa del presidente, Begoña Gómez, había cometido algún tipo de delito.

Tanto en su comparecencia grabada y sin preguntas para anunciar que se quedaba, un ejercicio de transparencia y respeto al periodismo como nunca, como en las dos entrevistas que concedió posteriormente a TVE y La SER - dos medios muy críticos con el Gobierno español y el PSOE—, Pedro Sánchez dejó la puerta abierta a legislar contra la prensa en un futuro. A impulsar una ley, rechazada a derecha e izquierda, que le permitiría cerrar medios de comunicación a discreción. Lo mismo que ya ocurre en algunas dictaduras.

El presidente español justifica todo en la lucha contra “la desinformación” y las fake news. Todo lo que contradice su discurso oficial, todo lo que no gusta a Moncloa y Ferraz, es desinformación y fake news.

Por eso quiere legislar sobre la prensa libre e independiente que no sobrevive de las subvenciones y la publicidad institucional. Por qué sí, hay medios de comunicación que sobreviven a pesar de los intentos del poder por ahogarlos económica y judicialmente con querellas.

Ya hace tiempo que el Gobierno de España, como ocurre también en la Generalitat, controla ciertos medios de comunicación de masas a partir de filtraciones, privilegios y recursos económicos.

En el caso de Moncloa, los turnos de palabra en las preguntas o llevar de forma gratuita en el avión oficial a los periodistas cuando Sánchez viaja son dos de las formas de prevaricar que tienen los altos cargos al servicio de Sánchez. Utilizando ambas cosas para castigar a los medios críticos a quienes intentan silenciar así. A quienes si pudieran cerrarían.