A Sánchez solo le falta cumplir
Si Pedro Sánchez quiere seguir en el Palacio de la Moncloa los tres años y pico que le quedan, debe cumplir lo prometido
Si Pedro Sánchez quiere seguir en el Palacio de la Moncloa los tres años y pico que le quedan de legislatura, al presidente del Gobierno de España solo le queda cumplir con los acuerdos firmados. Así se lo ha dejado claro Carles Puigdemont. El líder del PSOE, que ha conseguido todo el poder municipal y autonómico en Cataluña, y ha confiado su suerte a la remodelación interna de ERC, que debe elegir nuevos liderazgos el próximo mes de noviembre, no tiene nada más que ofrecer a Junts que cumplir con todo lo que previamente les ha prometido para obtener sus votos.
Que Junts no es ERC, creo que a estas alturas le ha quedado claro a todo el mundo, incluido el propio Pedro Sánchez. De tal manera que, si acordó con los de Junts una transferencia integral de las competencias de inmigración, pensando que tarde o temprano Puigdemont se olvidaría y no reclamaría el cumplimiento, ya ha visto que estaba muy equivocado. Y ahora todo son prisas y urgencias.
Ahora toca renegociar todo para intentar sobrevivir unos meses más en la Moncloa. Veremos hasta cuándo. Algún día, entiendo, su Manual de Resistencia dejará de darle soluciones.
Incumplida la promesa de oficializar el catalán en Europa, pactando con ERC un concierto económico descafeinado y reculando ahora con la transferencia integral de las competencias de inmigración que había prometido a Junts, el apoyo de los siete diputados de Carles Puigdemont al PSOE parece cada vez más difícil de mantener. Ya dieron un aviso importante el pasado mes de julio con la senda de déficit. Y lo volverán a dar, con lo mismo, la próxima vez que pase por el Congreso en los días venideros.
A menos que este pasado fin de semana, en una de esas reuniones secretas en Ginebra, Sánchez haya cedido. Pues sin senda de déficit, difícilmente habrá presupuestos. Y sin presupuestos, difícilmente habrá legislatura.
Al presidente del Gobierno de España, pues, solo le queda cumplir lo que previamente ha prometido a Junts si quiere seguir en la Moncloa y gobernar con tranquilidad. De lo contrario, si no cumple, posiblemente podrá mantener los privilegios de vivir en el palacio presidencial.
Pero en ningún caso podrá gobernar. Con el desgaste que eso supone.
La inminente entrada de ERC en los gobiernos de Barcelona y Cataluña, con un PSC que no quiere ni oír hablar de intercambiar cromos con los de Junts, solo le deja como contraprestación su palabra. Una palabra que, hasta ahora, siempre ha tenido poco valor. De ahí que tenga que cumplir para seguir.
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