Repetir la historia
Al antisemitismo global, en la isla de Mallorca se inventaron un fenómeno particular: el antichuetismo
Mallorca ha sido históricamente un lugar judeófobo. No contentos con sumarse al antisemitismo global, en la isla se inventaron un fenómeno particular: el antichuetismo. Los chuetas o descendientes de judíos conversos eran y son reconocidos por una serie de quince apellidos, cuyos portadores hasta bien entrado el siglo XIX vivían en un régimen de apartheid que, por una norma no escrita, les inducía a vivir recluidos en un gueto y a practicar la endogamia; por las exigencias de pureza de sangre para acceder a gremios o a centros formativos, veían restringido su ejercicio profesional; y tenían que soportar el insulto de sus conciudadanos, a pesar de que la ley lo prohibía desde 1788.
Con la contemporaneidad, los mismos chuetas cambiaron su punto de vista. Fueron conscientes de que lo que sufrían era injusto y promovieron la lucha, excepcionalmente de manera violenta, pero sobre todo a través de una militancia activa e intelectual, para lograr unos derechos básicos. La primera asociación que intentó restaurar el honor de esta minoría fue la Liga Laica, entre cuyos miembros estaban Ateu Martí, Gabriel Alomar, Gabriel Meneu Piña, Marià Aguiló o Aurora Picornell (sí, Aurora Picornell, de la cual se ha hecho exhibición recientemente en el Parlamento de las Islas Baleares y en el de Cataluña, a menudo acompañada de la bandera palestina).
En 1931, la Liga Laica inició los trámites para homenajear a las víctimas chuetas de la Inquisición, quemadas vivas y muertas en 1691. Entre otras cosas, pretendían que se erigiera una estatua de una de las víctimas de la quema: Catalina Tarongí y Tarongí.
Esta iniciativa no prosperó, pero, en cambio, sí que lo hizo la santificación y el engalanamiento de la ciudad de otra Catalina, pero esta católica, Santa Catalina Tomás. Denunciaron, pues, un agravio comparativo.
Otra iniciativa para reconocer el desprecio del cual han sido víctimas los chuetas partió del Partido Popular isleño cuando, el 12 de septiembre de 2023, llevó una Proposición No de Ley al Parlamento de las Islas Baleares, que fue aprobada por unanimidad. Menos mal que nadie podía prever lo que ocurriría a partir de octubre con los sangrientos atentados perpetrados por Hamás; sospecho que si hubiera pasado un mes, esta PNL no se habría aprobado por unanimidad y quién sabe si ni siquiera se habría presentado.
Este año, después de veinticinco ediciones seguidas, Palma no celebra en el mes de septiembre la Semana de Cultura Judía. Por otro lado, sigue con el Centro de Interpretación de los Calles de Palma, el Centro Maimó ben Faraig, cerrado.
Eso sí, tenemos un “Arco del Triunfo” de Santa Catalina Tomás en el Paseo del Borne de Palma. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
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