Imagen de un títere de madera manejando otros títeres de madera

OPINIÓN

Razones para la conspiranoia

Antes, en los tiempos felices, uno podía pasar el verano cómodamente con solo un par de teorías sobre Harvey Oswald o los astrólogos de Nancy Reagan

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Se nos acumula el trabajo, a los conspiranoicos. Nunca sospechar de todo fue tan agotador. Antes, en los tiempos felices, uno podía pasar el verano cómodamente con solo un par de teorías sobre Harvey Oswald o los astrólogos de Nancy Reagan. Pero hoy la carga de trabajo resulta casi inasumible.

Un mercante se lleva por delante un puente en Baltimore por una pérdida de potencia, cuando Netflix estrenó hace unos meses una película sobre el colapso global  en la que un accidente similar daba comienzo al desastre. ¿Quién producía la cinta? El matrimonio Obama. 

La princesa de Gales lleva desaparecida desde Navidad y desde palacio no dejan de producir material audiovisual fake: primero una foto con los tres niños, luego un video borroso estrepitosamente falso, luego un vídeo generado por IA donde se habla de “quimioterapia preventiva”.

Elon Musk anuncia la comercialización de Neuralink, un implante capaz de leer las señales eléctricas del cerebro y traducirlas a lenguaje escrito o imágenes: ya no hay intimidad ni el interior del cráneo.

Elon Musk en una conferencia en Polonia

A la Isis se le ocurre de repente atacar un teatro en Moscú, cuando se supone que Irán financia a la Isis y los EE. UU. financian a Irán desde los famosos acuerdos 5+1 de 2015. Pero Irán también financia a Hamás, que en principio quiere desestabilizar los acuerdos Abraham por los que Arabia Saudí iba a reconocer a Israel, como antes Siria o Egipto. De modo que los EE. UU. de Biden, que también financian a Israel, están apoyando al mismo tiempo a todas las facciones del avispero de Oriente Medio, mientras siguen echando gasolina al fuego de Ucrania.

Gislene Maxwell sigue encarcelada por tráfico de personas y explotación sexual, aunque a día de hoy nadie sepa quienes eran sus clientes, ni uno solo. Es decir, las menores explotadas por Maxwell y su compañero Jeffrey Epstein al parecer se prostituían en el vacío cósmico. 

El cambio climático se manifiesta en fenómenos tan insospechados como el calor en verano y el frío en invierno. La sequía se manifiesta en formas de trombas de agua que hacen rebosar los pantanos. 

El negocio mil millonarios detrás de la “emergencia sanitaria” del COVID salpica a la mujer de Pedro Sánchez, a la presidenta del Congreso y a varios ministros, sin que nadie haya aclarado por qué seguimos, en pleno 2024, con un exceso de mortalidad reflejado por todas las estadísticas.

Candace Owens es fulminada y cancelada (en teoría por antisemitismo) la semana después de revelar que Brigitte Macron es en realidad un hombre llamado Jean-Michel Trogneux. 

Tened piedad de nosotros, los pobres conspiranoicos. Se nos acumula el trabajo y nos faltan las fuerzas.

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