reloj de arena con un brazo señalando a la derecha

OPINIÓN

Ser puntual es de extrema derecha

Y no hablemos de que tu madre o tu mujer te asesoren con la ropa

Si alguien no percibe con claridad que todo esto de la extrema derecha y el fascismo es un camelo total, pues switch off and let’s go, o sea, que apaga y vámonos. Decir, qué sé yo, que Ciudadanos es un partido fascista denota algún tipo de tara cognitiva que debería poner a cualquiera en guardia. Sugiere un grado de distorsión mental que le obliga a uno a no considerar en sí mismos los razonamientos del interlocutor. Es una situación, en fin, que hace slalom con la psiquiatría.

El motivo último de esta banalización del fascismo es la inanidad de la izquierda. Y es que igual no somos del todo conscientes de lo que ha supuesto para la izquierda la caída de la URSS. El caso es que la combinación de partitocracia e izquierda post-soviética tenía como subproducto la bajada del umbral de psicosis. Hoy, en un interrogatorio de la Stasi te preguntarían que si tienes una Thermomix.

La alianza entre ir a terapia y la izquierda

Lo que también parece claro es que la izquierda vive en una ampliación constante de capitales ideológicos. Algo que revela su insolvencia política. El problema es que esta necesidad de crédito empieza a ser preocupante. Ya han empezado a roer algunos fundamentos antropológicos básicos.

Este alejamiento de un compás compartido y mínimamente rítmico nos conduce, pues eso, a que el umbral baje tanto que ser más o menos normal sea síntoma de radicalidad. Nueva edición de Mi lucha: ser puntual, llevar la camisa por dentro o tener bombillas cálidas en casa.

No es de extrañar, pues, que la izquierda actual sea el principal muñidor de la plaga de psicología y psicoterapia que hay en nuestros días. Eso sí que es una banalización preocupante. Pero es que no podría haber sido de otra manera. La disolución de las bases antropológicas conduce a la psicologización de los individuos, o sea, a la compensación de sus carencias comunitarias.

Sin hacer ningún tipo de pornografía sentimental, quiero aprovechar esta humilde ocasión para reivindicar a los enfermos mentales de verdad, que siempre han sido las víctimas de las víctimas y que hoy están un poco más desplazados por culpa de esta banalización de la psicología. Pero, bueno, es un tema bastante triste. Vamos a dejarlo.

Decía: la izquierda se aleja tanto de la realidad más inmediata que su descripción empieza a ser indistinguible de la ironía. Hace unos meses, por ejemplo, nos hacíamos eco en este medio de que existía una Dirección General de Cuidados y Organización del Tiempo. A eso me refiero: que haya una persona que sea la Directora General de Cuidados y Organización del Tiempo, que cobre alrededor de noventa mil euros y que sea la hermana de la vicepresidenta del Parlament es una constatación indistinguible de la ironía. La izquierda es una cámara oculta.

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