Montaje fotográfico con Carles Puigdemont dando un discurso con un desierto de fondo
OPINIÓN

Puigdemont, candidato ++

Parece que en Junts x Cat ha triunfado la idea bellísima de dar a su candidatura un aire de miniatura aritmética para motivar al votante como si le estuvieran intentando colocar una hipoteca a tipo variable


Imagen del Blog de Octavio Cortés

Parece que en Junts x Cat (también conocidos como Junts x Cash) ha triunfado la idea bellísima de dar a su candidatura un aire de miniatura aritmética, con sumas y multiplicaciones, para motivar al votante como si le estuvieran intentando colocar una hipoteca a tipo variable. Puigdemont ha realizado su enésima comparecencia histórica anunciando la enésima iniciativa histórica y toda la tropa No Surrender ha comenzado a salivar alegremente. 

El problema es que la propia retórica juntaire, de una épica de salón comedor, les ha encerrado en una esquina de la lógica parlamentaria. No pueden pactar con nadie que represente el 155, no pueden pactar con la CUP ni con los terroríficos fascistas de Ripoll. Es decir, solo pueden pactar con los de ERC, que en absoluto quieren pactar con ellos.

Esto quiere decir que, en el caso poco probable de que Puigdemont supere todas sus causas judiciales, podríamos verle en el Parlament como cabeza de un grupito de media docena de diputados, presentando enmiendas a normativa sobre regadíos. 

Para redondear el estropicio, si Alejandro Fernández (el mejor orador parlamentario en años) es capaz de arramblar con la bolsa de votantes de Ciudadanos, podríamos tener al Circo Waterloo disputándose la cuarta posición con la Orquesta Comuns. ¿Conseguiríamos, al menos, que Puigdemont dejara de hablar en nombre de todos los catalanes y solo se presentara como portavoz de sus votantes? Es poco probable.

Puigdemont en una rueda de prensa

Puede suponerse que Puigdemont se dedicará, más bien, a una deriva bucólico-pastoril semejante a la de Jonqueras, qué últimamente se deja ver por prados y montañas, apacentando caballos, charlando con los pastores, entregado a la saludable intemperie rural. Por qué motivo los de ERC han encaminado a su hombre fuerte a estos verdes pastos, nadie lo sabe. Quizás crean que paseando al Amado Líder por granjas y vaquerías van a “ensanchar la base” por algún milagro primaveral, vaya usted a saber.

En cualquier caso, la operación Puigdemont ++ no va a llevar a Junts al gobierno, sino a la irrelevancia, de modo que se verán obligados, más pronto que tarde, a soltar lastre ideológico y personal. Cesará la retórica ridícula y se acabará de purgar a Laura & Dalmases, votarán en otoño en Madrid algunas iniciativas de la oposición y se harán fotos con el nuevo Lehendakari o la gente del Círculo Ecuestre. Habrá pasado la época de la excitación callejera de las tietes y las cosas volverán a su cauce. 

En una palabra, a Junts le convendría más un mártir (a ser posible encarcelado en Alcalá Meco por cargos de malversación) que un rehabilitado. Y dado que el PSOE prefiere al mundo indepe en estado de agitación (es decir, votando que sí a cualquier cosa por miedo a la prisión), el pronóstico más seguro es que Puigdemont no se atreva a volver. Estas, y no otras, son las verdaderas sumas y multiplicaciones.

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