Carles Puigdemont y el cuento de 'Pedro y el Lobo'
El de Waterloo vuelve a usar la promesa de su regreso por tercera vez y, inexplicablemente, aún hay catalanes que se lo creen y que se dejan convencer
Dice el cuento que Pedro era un pastor que se aburría y quiso gastar una broma a sus vecinos. Empezó a gritar que venía el lobo y, claro, la gente lo dejó todo y se acercó para ayudar a Pedro y a sus ovejas. Cuando llegaron, no había ni rastro del lobo y solo vieron a Pedro reírse de ellos. Sucedió otra vez, hasta que a la tercera el lobo vino de verdad, Pedro gritó, sus vecinos no le creyeron y se quedó sin ovejas.
Carles Puigdemont vuelve a presentarse como jefe de filas de Junts per Catalunya tras el uno de octubre de 2017. Asegura, por tercera vez, que si gana -u obtiene mayoría absoluta en una investidura- volverá para "terminar lo que empezó". La primera vez que lo dijo, el 21 de diciembre de 2017, la gente lo creyó, sacó casi un millón de votos y superó a ERC. Como saben, Puigdemont no volvió y se quedó en Bélgica.
En 2021 hizo tándem con Laura Borràs y creo recordar que no hizo ni el amago de asegurar su vuelta, pero utilizó su carisma en clave electoral. Había quien pensaba entonces que si era escogido diputado, volvería al Parlament. Puigdemont quedó tercero, no recogió el acta y se quedó en el Parlamento Europeo.
Ahora, aprovechando la debilidad de Pedro Sánchez, Carles Puigdemont vuelve a prometer su vuelta, cosa que tiene poco mérito. También un referéndum y un nuevo embate contra el Estado, tras seis años sin hacer nada de ello y ser ahora socio del PSOE. A ojos de un servidor, la credibilidad de Puigdemont debería ser escasa, casi nula. Junts per Catalunya no ha dado ningún paso hacia la independencia desde el uno de octubre, como tampoco ERC.
No hay ningún argumento para creerse a Carles Puigdemont. Es más, es tan 'valiente' que solo anuncia su regreso si cuenta con mayoría absoluta y ahora que sabe que será amnistiado. El de Amer es el pastor Pedro, que ha avisado hasta tres veces que viene el lobo y, a diferencia del cuento, algunos se lo siguen creyendo.
El falso mito sobre Puigdemont y el Estado
Hay quienes votarán a Puigdemont porque es "el que más enfada a Madrid", como si eso fuera cierto. El expresident es socio de Pedro Sánchez, le votó la investidura a cambio de arreglar su situación personal. Es inofensivo a ojos del Estado, que acabó con él con un 155 de chichi nabo y sin encontrar resistencia alguna.
Que un independentista de la calle se crea aún las promesas de los partidos procesistas no tiene explicación alguna. Carles Puigdemont volverá a Cataluña solo cuando tenga la certeza de que no será detenido y no tendrá 68 diputados favorables a él el 13 de mayo porque no hay proyecto alguno. Es el mismo humo que el del principio de octubre de 2017, cuando las famosas estructuras de estado brillaron por su ausencia. Sería bueno para Cataluña que verdades como estas se impusieran ya y dejáramos los cuentos para los niños.
Iba a escribir que quizás, tras el 12 de mayo, los últimos ingenuos con Carles Puigdemont se toparán con la realidad y dejarán de creer que esta vez va a la vencida. Sin embargo, prefiero no hacerme ilusiones. Por si acaso.
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