Primer plano de Carles Puigdemont con el Fossar de les moreres de fondo
OPINIÓN

¡Puchi, ven el viernes al Fossar!

Cruza la frontera el último día de campaña y que la Guardia Civil te detenga, sea a la altura de La Junquera u Hostalric

Querido Carles Puigdemont, prófugo de mis entretelas, alma errante que vaga por toda Europa para evitar ir a la trena, Correcaminos eterno que huyes sin cesar, aunque te pareces más al Coyote. Gran Timonel que insultas a los que exilian en todo el mundo huyendo de la opresión al compararte con ellos mientras vives a cuerpo de Rey a costa de los patriotas ingenuos y los empresarios siempre dispuestos a ampliar su negocio. Tengo algo que decirte, para tu bien y para los centenares de miles de primos que siguen pensando que eres algo parecido a un ‘padre de la patria’.

No los decepciones. Da un golpe sobre la mesa y desafía a la justicia del opresor Estado español de una vez por todas. Cruza la frontera el último día de campaña y que la Guardia Civil te detenga, sea a la altura de La Junquera, Hostalric o en mitad de Las Ramblas.

Si vuelves escondido en el maletero – esta vez búscate un modelo más amplio —, seguro que te puedes presentar sin que te detecten en el Fossar de les Moreres. Plantas allí un atril y comienzas da dar un mitin hasta que aparezcan un par de agentes del primer cuerpo policial que se pase por allí y te lleven al cuartelillo.

Imagínate la foto: tú, como el ‘martir’ Lluís Companys, agarrando los barrotes con una mano, mientras con la otra muestras cuatro dedos simulando las cuatro barras. Una imagen con mucha fuerza que mandaría a Salvador Illa y a Pere Aragonès al basurero de la historia: el domingo las urnas de toda Cataluña se llenarían de votos separatistas reclamando tu libertad.

Plano corto de Carles Puigdemont hablando en un mitin electoral con una lona detrás de color azul oscuro

Corres el riesgo que el juez no te suelte, incluso que Pedro Sánchez, en un nuevo cambio de opinión, decida que igual la amnistía ya no es tan importante. Pero pasarías a la historia del martirologio secesionista, entre Josmar y Eduard Pujol, el perseguido por una horda de agentes del CNI en patinete.

Cada vez que Josep Rull pidiera tu libertad desde su despacho de ‘president’ de la Generalitat, igual pensarías que has hecho el canelo, pero tu sacrificio para que tu querida neoconvergencia arrasara a Esquerra habría valido la pena. Pere Aragonès tendría que dedicarse a la elaboración de maceteros de macramé – todos ellos decorados con la estelada, pintados con acuarelas —, mientras que Oriol Junqueras sería nombrado imagen de marca de los Bollycaos. Habrías acabado con todos tus rivales.

¿Qué son unos años entre rejas si consigues que Salvador Illa monte una funeraria y Jessica Albiach acabe de cuidadora de cigüeñas en La Ricarda? Rull, Turull y Giró te mandarían cada Navidad una cesta con ratafía destilada en el sótano de la casa de Quim Torra y los mejores cavas valencianos, por aquello de los ‘Països Catalans’.

Hasta Clara Ponsatí te mandaría a Jordi Graupera para que te arregle la celda todos los lunes y jueves, para que no tengas que pasar el mocho. Carlos, anímate y dile a Toni Comín que te adecente el maletero, para que tu traje no pille olor. No sea que Matías Carnero tenga razón y tenga restos orgánicos de tu último viaje.

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