Prohens elimina el requisito del catalán en Sanidad
Los médicos ya no tendrán que acreditar nivel de catalán para trabajar en Baleares
La presidenta Prohens, que ha pasado el verano en modo hiperactivo, no deja de cumplir promesas electorales y ha eliminado el requisito de la acreditación del nivel de catalán para los médicos que trabajen en la sanidad pública de las Baleares.
De inmediato, los sectores nacionalistas, con la OCB a la cabeza, han comenzado a cacarear y a aletear en todas direcciones, en el habitual rapto de furor gallináceo que suelen emplear para afrontar estas cuestiones. Lo que nadie ha hecho esta semana es llevar la conversación a la raíz de la cuestión: por qué las consultas médicas de la sanidad pública balear están ocupadas por médicos de Brasil o de Madagascar, en lugar de por maulets de ERC con la barretina y el trabuco.
En resumen, el problema nace de que en Mogadiscio la forma de vida de los médicos consiste en correr ladera arriba, con su familia a cuestas, mientras una turba de exaltados los persigue para degollarlos con una quijada de burro porque no acertaron con la crema para el acné de una sobrina. En cambio, en Mallorca ese mismo médico puede dedicarse a ejercer su profesión y a envejecer haciendo pilates junto a mil simpáticas suecas de colorines, mientras su pensión aumenta al ritmo del IPC (ah, el IPC galopante, el jinete pálido de toda esta debacle moral).
Por otra parte, los médicos locales, que hablan un catalán perfecto, salen corriendo en cuanto se gradúan en pos de las verdes praderas de la sanidad alemana o británica, donde no tienen ocasión de practicar los “pronoms febles” con sus pacientes ni de firmar manifiestos por la unidad de la lengua. Estos jóvenes, formados por la flamante facultad de Medicina de la UIB, constituirán un día motivo de estudio por los historiadores, que hablarán de la “diáspora de la ensaimada” como nosotros hablamos de los judíos sefardís.
Todo este jaleo, como es natural, tiene una solución rápida y natural, pero en su formulación se incluye la noción que más aterroriza a la clase política de uno y otro signo: la idea de sueldo digno. (También esta semana se ha anunciado que los profesores de Formentera podrán dormir en barracones en cierta instalación militar en desuso).
Nuestros líderes de los últimos años no nos han traído hasta aquí por una fabulosa concatenación de azares, sino por pura coherencia con los nuevos estilismos de la Política/Marketing. ¿Por qué tendrían que arreglar el asunto, cuando la solución implica gastar el dinero bien y no en estupideces, y además renunciar a una batallita de postureo que te hace ganar puntos ante tus electores?
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