Dos personas de pie frente a un fondo rosa con un diseño de líneas negras y un cartel que dice "esquerra.cat".
OPINIÓN

Oriol Junqueras, el renovador

Oriol Junqueras asumió este fin de semana la misión de superar la anterior etapa de ERC, que él mismo lideró

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Los hermanos de ERC han concluido este fin de semana su renovación política encumbrando a Oriol Junqueras como Amado Líder, con el mandato de superar la etapa anterior, con todos sus errores y carencias, liderada por el mismo Junqueras con las mismas ideas y la misma verborrea de después de la siesta. Si a esto sumamos la intrépida renovación de Junts x Cash, que ha situado a Carles Puigdemont al frente, solo nos falta que el Barça destituya a Flick y ponga en el banquillo a un holograma de Helenio Herrera, y que TV3 contrate a Mª de la Pau Huguet para su magazine matinal.

El caso de Esquerra Republicana del Califato destaca, claro está, por la torpeza y el obsceno nivel de impudor. Junqueras se presenta para corregir exactamente todo aquello que sucedió bajo su mando, es decir, como garante personal de que no volverá a suceder todo aquello que él mismo ordenó. La militancia, confinada ya a un espacio ideológico de una estrechez e idiotez infrahumanas, ha comprado el discurso de Junqueras como compraban los cuentos infantiles que componía en prisión: la misma docilidad, la misma implosión intelectual, el mismo sentimentalismo cretinoide.

Un grupo de personas de pie detrás de un podio amarillo con el logo de Esquerra Republicana.

Para ser justos, hay que reconocer que la militancia ha estado sometida a una enorme presión durante meses. Liberado de las tareas directivas, nuestro OJ (versión solo un poco menos maníaca que el añorado OJ Simpson) se ha dedicado a "trepitjar el territori" dando charlas enloquecidas en ateneos y residencias de ancianos, en cafeterías y locales de barriada: el terror infundido en la población civil no puede ser menospreciado. Se entiende que una de las opciones haya sido votarle con tal de que no regrese y alguien en la dirección nacional le entretenga con otras cosas.

En cualquier caso, el sector Rufián/Tardá contará ahora con un nuevo apoyo en la figura de Elisenda Alamany, completando una terna apocalíptica que acabará de hundir el proyecto y conducirá a ERC de vuelta al grupo mixto, de donde nunca debió salir. El mismo Rufián publicaba ayer una foto en X donde se le veía apoyado en Junqueras como quien se apoya en un barril de sidra. Sabe que se ha garantizado tres o cuatro legislaturas más de cocido madrileño y trajes de Cortefiel, tiempo más que suficiente para madurar sus modales de taxista eructante e ir asomando ya a la jet-set y las páginas del Hola, que siempre fueron su principal objetivo.

Decía Napoleón que cuando el enemigo se equivoca, lo primero es no distraerle. Guardemos pues, ante el Oriolismo 2.0, un respetuoso silencio.

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