No han entendido nada
La foto del pasado lunes en la plaza del Rei demuestra que el procesismo sigue instalado en su burbuja, cada vez más alejado de la calle y de la que era su gente
El pasado lunes un centenar de personas -personalidades, según las notas de prensa- se concentraron en la plaza del Rei de Barcelona. Lo hicieron para que se retirara la acusación de terrorismo en la causa contra Tsunami Democràtic. 'Protestar no es terrorismo', rezaba el lema de un acto convocado por varias entidades y personajes públicos.
Ana Polo, Mònica Terribas, Jordi Basté, Laura Rosel y Jordi Évole leyeron un manifiesto. En este, se exigía que se tomaran "las medidas necesarias para parar la utilización de la justicia en una nueva persecución política contra las movilizaciones sociales". En el acto también se dejaron ver Andreu Buenafuente, Lluís Llach, Ricard Ustrell, David Fernández. Así como los sindicatos mayoritarios, el Sindicat de Llogateres, SOS Racisme, Top Manta o el Grupo de Periodistas Ramon Barnils.
Partimos de la base que servidor está convencido que lo ocurrido con Tsunami Democràtic no es terrorismo. También es cierto que lo que yo piense importa bien poco. Ell problema de fondo es la batalla entre el poder legislativo y el judicial español y la voluntad de los primeros de hacer de jueces y de los segundos de demostrar a la clase política que no se doblegan. Sin embargo, lo significativo de la performance del lunes es otra: la foto conjunta, una vez más, del procesismo con los medios y esa izquierda española que juega a la indefinición.
Han pasado siete años de ese 2017 y el procesismo sigue sin entenderlo. Sigue teniendo una fascinación desmedida por gente como Jordi Évole o Andreu Buenafuente, así como la tuvieron con Pablo Iglesias o cualquier español de izquierdas que los saludase por la calle. Y, claro, la foto del pasado lunes lo explica todo.
El periodismo y el Procés
De un lado, es sintomático que periodistas como Jordi Basté, Ricard Ustrell, Laura Rosel o Mònica Terribas jueguen a estar en actos así. Aunque estén convencidos de que se esté cometiendo una injusticia con Tsunami Democràtic, su papel debería ser otro. Cataluña ha sufrido en los últimos años un 'hooliganismo' político que se ha trasladado a los medios y estos, en lugar de apartarse para tener una mirada crítica, se han convertido en voceros, en altavoces mediáticos. Y no aprenden, siguen sin ser capaces de entender que de verdades, en política, hay muchas.
Pero no solo eso, volver a jugar al juego de Òmnium Cultural y de la ANC es perpetuar un procesismo inútil, de pancarta y victimismo que solo sirve para irse a casa con la consciencia tranquila. Dudo mucho que la sociedad se crea ya estas dos entidades, que han pasado de la independencia a la amnistía. Siguen siendo incapaces de confrontarse a Puigdemont y Junqueras y prefieren a sus entidades "sociales" que a otras formaciones indepes.
La foto que solo beneficia a Pedro Sánchez
La foto del pasado lunes podría ser la misma que en 2017. Pretende ampliar la base, demostrar que algunos famosos aún están de tu parte y que, además, otros que se sienten españoles, te dan su apoyo. No sirve para nada más, no pretende nada más. Y, además, enfada a unos y otros y solo contenta a Pedro Sánchez.
Pone de mala leche a esos independentistas de base, buena gente, que ven una vez más como sus dirigentes siguen apostando por mantener el poder, el control y su posición. Sin hacer nada que incida, colocados la mayoría de ellos en medios de comunicación, en la administración pública o en entidades que reciben subvenciones cuantiosas. Desespera también a la otra Cataluña, la que existe y que se menosprecia, porque se da la sensación que la única sociedad civil que existe es la de la imagen. La única válida es esta.
En cambio, Pedro Sánchez debe de estar muy contento. Su estrategia de centrar el foco en la amnistía y "pacificar Cataluña", cuenta con el beneplácito de esta sociedad civil que ahora se manifiesta contra los jueces y no contra el Estado. Si además en la foto salen Évole, Buenafuente y los sindicatos UGT y CCOO, mejor.
Para lo que ha quedado el procesismo, para hacerse fotos que quedan bien con pancartas e irse para casa.
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