Nazis, nazis, nazis
La izquierda, en su desesperada huida hacia adelante, ha agotado el término “fascista”, que tantas alegrías nos ha dado
Lo malo de la demagogia es que, como el amor, se gasta de tanto usarla. La izquierda, en su desesperada huida hacia adelante, ha agotado el término “fascista”, que tantas alegrías nos ha dado en los últimos tiempos.
Ahora, siempre en busca de nuevos pastos, han optado por el término “nazi”. Vox es nazi, los sionistas son nazis, el mitin de Trump en Nueva York fue un acto nazi, Vito Quiles & Alvise son nazis, Silvia Orriols es nazi y, para asombro de todos, la buena gente de Paiporta son nazis.
El grado de imprecisión semántica es enloquecido. Estamos diciendo que se usa el mismo término para designar:
- A un dictador demente que mató a 30 millones de personas
- A una señora que golpeó un coche con un paraguas
Nazis, nazis everywhere. Se montan a sí mismos un decorado épico y luego lo llenan con sus estupideces. Porque lo gracioso es que, en caso de que nuestros hermanos de la izquierda tengan razón, van camino del abismo, porque su plan consiste en combatir el nazismo con batucadas, conferencias menstruantes y bancos del parque pintados de colorines.
Especialmente sangrante es esta locura de terminología cuando se aplica a los que justamente fueron las víctimas principales del nazismo real, a saber, el pueblo judío. La propuesta de la izquierda al respecto es clara y transparente: lo que tienen que hacer los judíos de Israel es directamente dejarse exterminar a manos de los perros asesinos de Hamás e Hizbulah.
En el caso de que se resistan, aunque sea de forma mínima, a ser borrados de la faz de la tierra, se les acusará de nazismo, genocidio y todo lo que haga falta. Esta semana hemos visto cómo el programa de Ámsterdam fue presentado como altercados provocados por los “hinchas sionistas” del Maccabi de Tel Aviv.
La cosa se ha extendido a Suecia las últimas noches. Hordas de musulmanes dando palizas a judíos indefensos al grito de “free Palestine”, dando vivas a Hamás y proclamando la inminente Sharia.
Pero lo importante es luchar contra los nazis de Paiporta, que son en realidad paisanos que se resisten también a ser borrados de la faz de la tierra por la blasfema incapacidad de nuestra clase política. No querer perderlo todo, no querer ver a tus seres queridos ahogados como perros, no querer ver tu tierra convertida en un lodazal infecto, poblado de cadáveres y bandas de saqueadores nocturnos: ¿puede haber algo más nazi?
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