¿Mikimoto o Mikipasta?
Dentro del ‘procesismo’ hay una serie de ‘patriotas’ que ha cobrado mucho dinero público o procedente de lo público
Dentro del ‘procesismo’ hay una serie de ‘patriotas’ que ha cobrado mucho dinero público o procedente de lo público, porque una concesión pública, como una emisora de radio, no deja de ser algo que pasa por la voluntad política de los que mandan en la Generalitat. Por supuesto, todo legal, que para eso está el DOGC.
Estos personajes forman una élite a la que podemos llamar la ‘casta pasta’ y algunos de ellos son empresarios del ‘espacio comunicacional catalán’. Son ‘patriotas’ como Toni Soler, Oriol Soler, Ricard Ustrell o el antaño simpático ‘Mikimoto’, más conocido como ‘Mikipasta’, que entre los programas que vendió durante años a TV3 y las numerosas concesiones radiofónicas que consiguió del pujolismo, podemos decir que no le fue mal.
‘Mikipasta’ vendió sus empresas y estuvo por Estados Unidos formándose para luchar por el advenimiento de la República Catalana, con másters en relaciones internacionales y en gestión pública. Pero como el ‘Estat català’ va para largo, se ha aplicado el ‘mientras tanto’ de muchos marxistas y ha cambiado Itaca por un sillón en el consejo de administración de RTVE.
Es pasar de la lucha por la ‘liberación nacional’ a dirigir un ente público de la odiada España. Nada nuevo, recordemos cómo Elisenda Paluzie sacó su cátedra de Economía como funcionaria del Estado español en plena ‘lucha’ por la libertad de los ‘presos políticos’ o Laura Borràs ató su plaza de profesora titular universitaria del Estado español. El ‘mientras tanto’ dentro del procesismo es el equivalente a que España te ingrese cada mes en tu cuenta corriente una nómina respetable.
Por supuesto, la excusa de Junts y de ‘Mikipasta’ será que desde RTVE se trabajará para salvar a la lengua catalana de su inminente extinción. La influencia para vender programas a RTVE – en el caso de Junts – y los 105.000 euros de sueldo por ser consejero – en el caso de nuestro simpático patriota – son efectos colaterales.
Jordi Turull ya dejó claro en una entrevista que publicó hace unos días ‘La Vanguardia’ que el apoyo de su formación al PSOE para nombrar el consejo de administración no era solo a cambio del nombramiento de ‘Mikipasta’. Además del mantra de la salvación del catalán, recordó que la política de RTVE en Cataluña la ejecuta, una dirección que, insinuó, debería contar con su apoyo.
Vamos, que ‘Mikipasta’ no solo va a cobrar por estar en el consejo, sino que va a desarrollar una ingente labor. No para mejorar los medios públicos españoles, sino para que Junts consiga sus objetivos políticos. Ya que Puigdemont no consiguió que ‘Mikipasta’ fuera el director de Catalunya Ràdio, le ha situado en un puesto bien pagado y desde el que podrá recordar a los socialistas, cada día, que los votos de Junts en el Congreso se pagan a precio de oro.
Y será curioso ver si ‘Mikipasta’ y Sergi Sol – el paniguado colocado por Esquerra Republicana en el consejo de RTVE – colaboran en el objetivo teórico de salvar a la lengua catalana mediante la programación del ente público, o habrá un combate a muerte en ver qué productoras colocan sus proyectos en RTVE.
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