
¡Menuda temporada!
Somos muchos los que ya contamos los días para volver a ver fútbol de verdad y gozar como nunca de nuestro deporte
Para los que tenemos dos equipos de fútbol, las últimas jornadas de cada temporada se convierten en una prueba de riesgo para nuestro sistema cardíaco. Por fin ha terminado la liga regular y en Cornellà y en Girona podemos respirar tranquilos. Nos hemos salvado. Seguiremos en primera, un año más.
La temporada que dejamos atrás no ha sido nada fácil para las aficiones del Espanyol y del Girona. Y hemos tenido que sufrir hasta el final, en el caso de los pericos hasta los últimos minutos de la segunda parte, después de una primera parte para olvidar y un Leganés que estaba haciendo los deberes en Butarque.
En Montilivi, esta temporada, hemos vibrado por primera vez con el himno de la Champions. Y hemos disfrutado de desplazamientos a París o Milán, al Parc des Princes y al Giuseppe Meazza, viendo luchar a nuestro equipo contra dos de los grandes. Y cayendo, hay que decirlo, de forma muy digna.

Nunca podremos agradecer lo suficiente a este equipo y a Michel el regalo que nos han hecho a una ciudad y una provincia que, hace unos quince años, vivíamos de espaldas al fútbol, animando al Barça o al Espanyol cada semana, ya que nuestro equipo de proximidad estaba en Regional.
El esfuerzo que ha tenido que hacer una plantilla corta, con jugadores muchos de ellos aún desconocidos, nos ha hecho sufrir hasta las últimas semanas. Pensando que quizás del sueño europeo pasábamos al ostracismo de Segunda. Pero san Christian Stuani, que se merece una estatua en Girona, nos ha salvado una vez más.
Protagonistas indiscutibles en Montilivi, de los que debemos preservar como sea, como en Cornellà lo han sido Joan García, Javi Puado y Pere Milla. Al portero, a quien será difícil de retener, le debemos todo en el RCDE Stadium. Como le debemos a Puado y Milla los dos goles de la salvación.
El sábado, los pericos fuimos felices. Pero, como comentábamos sobre el césped y posteriormente en el autobús de regreso a casa, no nos debemos conformar con eso. No podemos darnos por satisfechos por celebrar una salvación que teníamos casi asegurada muchas jornadas atrás. Cuando estábamos a las puertas de Europa.

En el Espanyol hace años que tenemos un problema grande y es la propiedad del club. Es su presidente y su falta de compromiso y amor por el club. Y ya va siendo hora de revertir esto. Que el Espanyol vuelva a tener accionistas mayoritarios que sientan los colores. Y que trabajen en un proyecto a largo plazo.
Algunos ya descontamos los días para volver a ver fútbol de verdad. Para volver a Montilivi y a Cornellà. Para animar a nuestros equipos con la camiseta puesta y disfrutar de nuevo del fútbol. Y si puede ser, el año que viene, para no sufrir como lo hemos hecho este.
Más noticias: