La Marató de TV3 más politizada

La Marató de TV3 ha conseguido una de las peores recaudaciones de los últimos 20 años. Este año, el programa más solidario de la televisión pública catalana iba destinado a la salud sexual y reproductiva. Hasta aquí, todo correcto. El problema es cuando vas desarrollando tu extenso programa y el sesgo ideológico es más que evidente.

Nadie duda de lo necesario que es aumentar la investigación en ciertas cuestiones que afectan a la salud sexual y reproductiva. Pero cuando vas llenando de ideología tu programa y acabas politizando de forma partidista algo transversal como es la Marató, es normal que el apoyo de la gente sea mucho menor que otros años.

Que se haya hecho más eco de la Marató 2023 la Conselleria de Feminismos que el propio Departament de Salud ya hizo sospechar a más de uno. Unas sospechas que se iban confirmando a medida que las cuentas corporativas de Televisió de Catalunya en las redes sociales iban publicando contenido relacionado con la Marató.

Catalunya Ràdio, por ejemplo, no dudó en utilizar a Vox o a Javier Milei para su propaganda, señalando que “la extrema derecha ataca consensos sociales como la igualdad de género”. Si hay patologías o enfermedades relacionadas con la salud sexual y reproductiva que no han sido suficientemente investigadas, no es precisamente culpa de Vox, Milei o la “extrema derecha” en general. 

Eso que ellos tachan de “extrema derecha” nunca ha tenido ninguna responsabilidad alguna respecto a las políticas de sanidad e investigación. Sí que la han tenido, por ejemplo, las decenas de diputados de ERC y Junts que ayer hacían de voluntarios para la Marató. Pero TV3 nunca ha tenido las agallas de señalar o criticar la doble moral de los que, mientras se hacían los solidarios durante la Marató, han sido los encargados de confeccionar y aprobar los presupuestos de las últimas dos décadas, con una insuficiente aportación a la sanidad y a la investigación. 

Si quieres politizar la Marató, hazlo con todo, no para reforzar tus fobias y filias ideológicas. Criticar a “la extrema derecha” y callar ante los responsables de la falta de inversión en los presupuestos es demasiado descarado hasta para un pueblo, el catalán, que durante años ha tragado con muchas mentiras del procesismo, pero que, por suerte para todos, ya se está hartando. 

Ya sabemos que la televisión pública catalana se ha convertido en el brazo mediático de ERC. Pero, por lo menos, podrían ser menos descarados. Ya que se gastan más de 300 millones de euros de dinero público para mantener este chiringuito adoctrinador, sería de agradecer que, como mínimo, disimulasen un poco y no nos tratasen como a idiotas.