Los españoles merecen un gobierno que diga la verdad

Ante las acusaciones de compra de votos durante último tramo de la campaña, me ha venido a la cabeza aquella frase del fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba (1951-2019), también en una jornada de reflexión. "Los españoles se merecen un Gobierno que les diga siempre la verdad”, dijo el que luego sería líder del PSOE.

Es cierto que la pronunció el 13 de marzo del 2004 tras los atentados de Atocha. Personalmente siempre he pensado que el PP perdió esas elecciones, no por los atentados en sí, sino por la gestión que hizo de los mismos. Atribuyendo a ETA algo que había cometido una célula yihadista.

No es comparable, claro. Pero la frase viene como anillo al dedo ante las acusaciones de fraude electoral. Porque yo, que seguí la Transición desde pequeñito, no recuerdo en los casi cincuenta años desde la muerte del dictador una proliferación de casos semejantes. 

Es cierto que, en el 2008, ya hubo un episodio similar pero se circunscribió a Melilla. Ahora no solo es diversas localidades del resto de la península, sino que afecta al partido gobernante. La reacción de La Moncloa, como con la polémica con Bildu, ha sido tarde y mal. Echar balones fuera, mirar hacia otro lado o palos de ciego.

Tampoco vamos a entrar en otras acusaciones que planean sobre el PSOE -como un caso de secuestro o el candidato de una banda latina que ha tenido que dimitir- porque de ovejas negras hay en todos los partidos. A Vox le pillaron una por tráfico de drogas. Pero la confianza en las instituciones y la pulcritud del voto electoral es la base del sistema democrático.

Y no tranquiliza demasiado que el Gobierno, garantice ahora la “transparencia, seguridad y neutralidad” del proceso electoral. Sobre todo porque las acusaciones, como decía, afectan al propio partido de gobierno. Quien lo ha dicho ha sido el secretario de Estado de Comunicación, el socialista catalán Francesc Vallès.

Sin desmerecer ni el cargo ni el personaje, tampoco es el ministro del Interior o la portavoz. Parece que haya salido a la palestra para cubrir el expediente. Solo faltaría que el Gobierno no velará por la pulcritud del proceso electoral. La confianza en las instituciones se basa en eso.

En fin, lo primero que hay que hacer tras las elecciones de este domingo -más allá de pactos y negociaciones posteriores- es modificar la Ley Electoral para que el voto por correo tenga todas las garantías.