Imagen de Jaume Asens con un fondo de billetes de euro
OPINIÓN

Jaume Asens, los sueldos y la clase política

El candidato de Sumar, a punto de entrar en el privilegiado club de los eurodiputados

Jaume Asens será eurodiputado a partir de la semana que viene. Habrá hecho el combo: Barcelona, Madrid y Bruselas, una carrera que no está nada mal para quien decía hace meses que se retiraba de la política. No hace falta explicar el salario que percibirá a partir de ahora Asens, que defiende que cobraba más y mejor siendo abogado, aunque que cueste de creer.

Los sueldos de la clase política merecen un libro aparte, más aún cuando los hijos del 15-M no han tocado una sola cifra de sus salarios. Ada Colau cobra 96.000 euros al año para estar en la oposición, por citar un solo ejemplo. La sensación es que todos aquellos que aún levantan el puño y hablan de lucha de clases se han acomodado muy rápido a su nueva realidad sin pestañear.

Montaje de Jaume Asens con el Parlamento Europeo de fondo

Y más faltaría, claro. Soy partidario que la clase política esté bien pagada, para que sea mucho más fácil que grandes profesionales dediquen parte de su vida laboral a la función pública. Lo que pasa es que quien ocupa estas sillas son gente de partido, amigos y conocidos que durante un tiempo cobran muchísimo más que en su anterior trabajo. Y, claro, diles tú ahora que se tienen que ir.

En un contexto de crisis, en una etapa donde la sociedad siente una distancia profunda con sus dirigentes, no ayuda nada que Pere Aragonès cobre más de 130.000 euros al año. No se puede entender que un eurodiputado ingrese netos más de 100.000 euros y se pueda jubilar a los 63. 

Foto de Ada Colau y Jaume Asens en el Aeropuerto del Prat con la bandera de Palestina

Jaume Asens hablaba esta semana de un "salario mínimo europeo" para que "la precariedad deje de ser un instrumento de competencia entre estados". No solo no tiene sentido alguno en una UE donde Alemania y España no tienen nada que ver. Es postureo, al igual que hablar de jornadas laborales de 32 horas, sin entender que es inviable en el sector servicios, el mayoritario en España.

Esta izquierda progre, pija y acomodada que representa Jaume Asens, Ada Colau o Aina Vidal, son profesionales de la política, personas que habrán acumulado más de un millón de euros facturados a todos nosotros cuando se jubilen. Son los que promueven que la gente viva de prestaciones, que pretenden instaurar una renta mínima en lugar de favorecer la economía productiva.

Lo hacen, además, desde sus sueldos de 100.000 euros al año y sin limitaciones. Joan Mena, por ejemplo, vive del sueldo público desde 2007. Ada Colau dijo que se iba y allí sigue. Janet Sanz está en el Ayuntamiento de Barcelona desde hace quince años.

Lo mínimo que les podríamos pedir, ya que se han convertido en políticos de profesión, es que nos hablen como adultos. 

➡️ Opinión

Más noticias: