Montaje con el luchador Ilia Topuria y con Pedro Sánchez y Ernest Urtasun
OPINIÓN

La izquierda contra Ilia Topuria

La izquierda solo te reivindicará si agitas una bandera de Palestina o si luces una camiseta con el lema de Welcome Refugees. Si no, entras peligrosamente a la zona de ser considerado fascista, reaccionario o directamente nazi


Editorial Arnau Borràs

Todo el mundo sigue hablando de Ilia Topuria. Con su triunfo contra Alexander Volkanovski, el luchador hispano-georgiano se ha convertido en el primer español en proclamarse campeón del mundo de la UFC. Tras su gesta histórica, lo lógico sería pensar que toda España se ha rendido ante él. Sin embargo, amigos, nunca se debe infravalorar la capacidad de ciertos sectores de la izquierda de hacer el ridículo. Y el caso de Ilia Topuria es un nuevo ejemplo de ello.

La historia de Ilia Topuria es una de esas que todo el mundo debería considerar ejemplar. Una historia de cómo una familia inmigrante sale adelante a base de trabajo y esfuerzo, sintiéndose agradecida por la tierra que los acogió. De orígenes familiares georgianos, este luchador nació en Alemania y llegó a España a los 15 años. Lo hizo en Alicante, donde su padre trabajaba en la obra y su madre cuidando niños. 

El actual campeón de peso pluma de la UFC siempre ha mostrado su amor por el país que le ha permitido crecer como persona y como luchador. Lo volvió a demostrar el sábado, luciendo -cómo ha hecho habitualmente- la bandera española y georgiana tras su triunfo. “Yo me siento súper español y súper georgiano. Tengo un amor inmenso hacia España y hacia Georgia. Cualquiera que me diga algo acerca de esas dos banderas, pagará por sus palabras”, afirmó una vez. 

Pero claro, para algunos sectores de la izquierda, si no te ajustas a lo que ellos consideran que debería ser una buena persona, tu figura ya vale menos. Lo hemos visto en otras ocasiones (ehem Rafa Nadal) y con Ilia Topuria ha vuelto a pasar. La izquierda solo te reivindicará si agitas una bandera de Palestina o si, como Aitana Bonmatí, luces una camiseta con aquel lema de Welcome Refugees que anima a los inmigrantes a tirarse al mar mediterráneo a jugarse la vida. Si no, entras peligrosamente a la zona de ser considerado fascista, reaccionario o directamente nazi.

Esto es lo que le ha pasado a Ilia Topuria. Y eso que el hispano-georgiano no ha sido precisamente alguien que se haya pronunciado políticamente en público. ¿Cuál ha sido su error? Pues ser patrocinado, en los inicios de su carrera, por una empresa de desokupación. Es decir, no es que haya hablado públicamente sobre ningún tema polémico, no. Su pecado fue aceptar en su día el patrocinio de una empresa que la secta progre no considera adecuada.

“Qué asco la gente que apoya a este neonazi”, comentaba uno en redes. “Resulta que Topuria es colaborador de una empresa de desokupaciones compuesta por neonazis”, decía otro en una publicación que cuenta con casi 3000 ‘me gusta’. No podía faltar a la fiesta Fonsi Loaiza, uno de los provocadores estrella de la izquierda en las redes. “Los financiadores de la carrera de Topuria han sido los neonazis de Fuera Okupas”, escribía en su cuenta de X, un mensaje que ya acumula más de 1000 ‘me gusta’.

Lo que debería ser un ejemplo, ya no solo de integración, sino en general para la mayoría de jóvenes, algunos se han empeñado en intentar convertirlo en una especie de villano. La máquina de la cultura de la cancelación progre siempre está a punto para disparar contra cualquiera que no se ajusta al 100% a sus moldes. 

Y usted, querido lector, quizás piense que es exagerado llegar a estas conclusiones a partir de lo que comentan algunos por redes. Nada más lejos de la realidad. Si no, pásense por las cuentas de X de, por ejemplo, el presidente del Gobierno o el ministro de Deportes. ¿Qué encontrarán? Silencio absoluto de Pedro Sánchez y Ernest Urtasun respecto al histórico triunfo de un español en la UFC. Hicieron más tuits en defensa de Inés Hernand que felicitando a Topuria, así para poner un simple ejemplo.

Sentirse abiertamente español y haber aceptado ciertos patrocinios en los inicios de su carrera le han valido a Ilia Topulia para ser atacado o ninguneado por la izquierda. Porque Topulia ya puede representar el ejemplo perfecto de la inmigración que llega, lucha, trabaja y se integra, pero claro, ni se llama Jenni Hermoso ni da para sacar un posible rédito político.

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