Ione Belarra nos lleva de farra
Ione Belarra destaca estas últimas semanas por su posición en la guerra de Israel
En estos tiempos convulsos, se agradece tener al frente del país a políticos que ofrezcan al público una cierta convicción. Ione Belarra está destacando por aparecer hasta en la sopa acusando al Estado de Israel de todo aquello que la ministra es capaz de imaginar (que no es mucho).
¿Nos llevará esto a una crisis diplomática en momentos de dramática inestabilidad geoestratégica? Es igual, porque dos o tres señoras de mediana edad, con camisetas violetas e hipertensión crónica, saldrán en alguna parte con un cartelito.
¿Es coherente su mensaje con el hecho de que España haya enviado una fragata junto con las escuadras de la OTAN? No, pero da igual, porque dos o tres señoras de mediana edad, republicanas y animalistas, habrán puesto alguna pegatina en alguna farola de Albacete.
¿Conseguirá la ministra que, cuando llegue la Yihad, a ella y a sus compañeras no las pasen a cuchillo entre vivas al Profeta? No, pero da igual, porque a los gays del Subcomité de la Plataforma del Observatorio de la Asamblea del Colectivo de Ateneos Populares también los pasarán a cuchillo en el minuto uno, de modo que todo será muy comunitario y festivo.
¿Está arriesgando doña Ione (ver en Wikipedia: iones negativos) la seguridad de todo un país por su incapacidad de dejar de proferir las peores Memeces Fanáticas de la historia reciente? Sí, pero da igual, porque todos hemos visto a esas jóvenes soldados israelís y NINGUNA ESTÁ GORDA, por lo que se prevé que Ángela Rodríguez Pam, desde su columpio, emita algún potente comunicado anti-gordofóbico que haga temblar al sionismo más internacional y malvado.
¿Podría ser sustituida doña Ione por un semáforo averiado y nadie notaría la diferencia en cuanto a rendimiento intelectual? Sí, sería tan hermoso: entonces las señoras de camiseta violeta y carnes derrumbadas bailarían alrededor del tótem dando vivas al Che Guevara y a Jorge Javier, con sus bocadillos de sobrasada vegana y sus pañuelos palestinos, silueteadas frente al rojo decaer de nuestra civilización.
¿Está siendo doña Ione utilizada como referente por los peores medios de intoxicación islamista? Sí, pero da igual, puede mandarles el libro de memorias de Echenique como castigo. Un servidor lo ha hojeado con la punta del paraguas y ha de decirse que el nivel de matraca puede resultar inasumible hasta para los más recios mártires de Alá.
Más noticias: