Un burro frente a una pizarra con dibujos coloridos y el logo de Innovamat.
OPINIÓN

Innovamat ¿innovación o calamidad?

Innovamat irrumpió en 2017 como una aplicación digital para mejorar el aprendizaje de las matemáticas entre los alumnos

Innovamat irrumpió en 2017 como una aplicación digital para mejorar el aprendizaje de las matemáticas entre los alumnos de primaria con una propuesta curricular bajo el aprendizaje por competencias. Así me lo explicó el pasado 1 de marzo de 2024, y tras una entrevista personal, su cofundador Andreu Dotti.

Con tan solo 29 años, este ingeniero de caminos me regaló con sinceridad fresca, tono conciliador y atrevida apuesta una mejora en la enseñanza de las matemáticas. Me detalló que los ejes de Innovamat se fundamentan en tres grandes objetivos que son hacer entender al niño el porqué de lo que aprende, cómo saber utilizar las matemáticas en distintos contextos y aportar recursos a la escuela.

Contó para ello con profesores de la escuela Sadako y con otros expertos en matemáticas. Hoy en día Innovamat está en más de 2100 centros entre México, Italia, EE. UU., España y otros países.

En principio se aplicó en centros de primaria, entre centros concertados y privados, pero hoy en día ya ha dado el salto a la educación pública. En esta ingente tarea se crean muchos materiales digitales con el fin de enseñar matemáticas en el aula como editorial digital privada que es Innovamat.

Para ello cuenta con buenas relaciones con la Fundación Bofill, con los coordinadores de las pruebas PISA y con buenas líneas de crédito desde el Banco de Santander. En ello, Ana Patricia Botín, y con buenos puentes de confianza, visitó la sede de Innovamat hace poco tiempo. Innovamat cuenta también con la simpatía del Departament d’Educació del Gobierno de Cataluña más su expansión por el territorio español.

Materiales educativos de Innovamat, incluyendo libros, tarjetas de números, bloques de construcción y una tableta con la aplicación bmath.

Pero como en todo proyecto a gran escala, surgen también sus defensores y detractores. Entre los primeros se hallan muchos pedagogos, banca y políticos, pero entre los detractores han surgido muchos usuarios de Innovamat como docentes, padres y madres. Escuchar ambas partes significa un avispero de picadas, aunque escuchadas ambas partes podemos resumir los siguientes puntos.

Una primera crítica surge de la aplicación del método en el aula. Los métodos de sumar, restar, multiplicar y dividir de Innovamat son diametralmente alejados con los que saben los progenitores, los que constan en los libros o los que enseñan los docentes. Por ello resulta complicado flexibilizar y casar ambas estrategias.

Por ejemplo, los padres intentan ayudar a sus hijos a resolver los problemas planteados por las aplicaciones de Innovamat, pero se hallan impotentes ante lo abstracto de los métodos tan alejados de los cálculos antecedentes. Es decir, Innovamat parece no sumar eficacia, sino que la resta. Sería como si por ser muy innovador se decidiera calcular con números romanos olvidando la eficacia de los árabes vigentes.

En otras palabras, los métodos propuestos por Innovamat distan tanto de lo antecedente, que todo se alarga y complica entre alumnos, docentes y padres. Y aunque han surgido muchas propuestas al respecto, y así se lo comenté a su fundador, si no se hace como Innovamat propone, resulta complicado cambiarlo. En todo ello hay numerosas reuniones bimensuales entre Innovamat y los docentes, pero sin dejarse doblegar ante los hechos expuestos por los maestros.

Una segunda crítica es que Innovamat parece más un juego que una didáctica, es decir, divierte más que enseña. Muchos maestros afirman que no funciona y que es una gamificación pura sin sentido pedagógico claro. En ello insisten que es un sistema de recompensa inmediata a contrarreloj y sin valorar los procesos de aprendizaje.

Además, argumentan que no hay suficientes ejercicios que consoliden los conocimientos matemáticos duraderos. En fin, se pasa de pantalla sin saber, pero habiéndose divertido mucho. Al respecto de esto, y me contaba una madre un día, que sus hijas jugaban mucho con Innovamat, que se lo pasan muy bien, pero cuando le pregunté ¿y aprenden duraderamente?, surgió un silencio dándome la negativa y añadiendo que Innovamat implicaba jugar mucho para aprender poco.

Ilustración colorida de personajes animados y objetos diversos sobre un fondo morado.

En ello, la psicología cognitiva sabe científicamente que si un aprendizaje fuera fácil y duradero se confundiría la diversión con la calidad educativa. En tal caso, debemos suponer que Innovamat es muy lúdico y agradable, pero sin aprendizajes duraderos. Un método lúdico no suele implicar durabilidad en los aprendizajes.

Una tercera crítica al respecto de Innovamat proviene de quienes ven a esta entidad como a una empresa alejada de toda metodología pedagógica, es decir, que Innovamat parece ostentar más intereses económicos que no educativos. Estos detractores argumentan que Innovamat repite el mantra que debemos desarrollar en los alumnos, el pensamiento crítico y las habilidades ante un mundo en constante cambio, ideas neoliberales que se han demostrado falsas en el aprendizaje basado en proyectos y en competencias de Innovamat.

Por lo tanto, pudiera ser que Innovamat no sea ninguna metodología en ella misma, sino más bien una empresa, hasta algunos comentan que es solo un negocio sin conexión con el objetivo de la enseñanza. Ejemplo de ello son muchos tuits en donde se afirma que Innovamat ha instaurado un producto con visión de empresa privada, sin intención que los niños aprendan matemáticas, sino lucrarse a costa de la educación de los hijos.

Un cuarto ataque a Innovamat procede de los propios centros en donde se han aplicado estas aplicaciones digitales. Algunas escuelas han decidido abandonar Innovamat después de años impartiendo matemáticas con tal producto. A cambio, han resuelto volver a los libros y a los ejercicios sobre papel.

Para estos centros de enseñanza la pantalla divierte mucho, pero no produce conocimientos duraderos entre sus chiquillos, en todo caso es una pedagogía muy lenta y complicada de asimilación. Arguyen estos centros que acabado el sexto de primaria los niños no consolidan los conocimientos mínimos en la pantalla para acceder a primero de la ESO.

Cabe señalar el informe de la UNESCO sobre tecnología y educación de 2023, en donde se indicó que no existen muchas pruebas a favor de la utilización de las herramientas digitales en la mejora de la enseñanza, y cuando hay informes a favor, suelen ser de empresas informáticas como Innovamat. Como dice Catherine L’Ecuyer, la mejor preparación para ser una persona creativa, innovadora y emprendedora tecnológicamente no consiste en pasarse horas delante de una pantalla, sino reflexionando detrás de ella.

Pero quizás la crítica más pertinaz sea la que atribuye a Innovamat la defensa en un aprendizaje descartado hace tiempo por la ciencia. De hecho, Innovamat se fundamenta en el aprendizaje por descubrimiento, es decir, que el zagal, y por su propia cuenta, puede aprender por él mismo las técnicas de cálculo sin la intervención extrema de un docente conocedor de las matemáticas.

Ello asume que los alumnos se motivan por ellos mismos y que realizarán posteriormente todos los deberes pendientes para consolidar los conocimientos previstos y deducir teorías como la Relatividad. Claro está que los humanos, y en nuestras obligaciones, no ostentamos una bondad infinita como la defendida por Rousseau, sino que tendemos al tedio y al descanso, es decir, que los alumnos no acaban los deberes de Innovamat en casa como se esperaba. Además, Innovamat dice que diseña prácticas para la diversidad de los alumnos, pero cuesta encontrar donde está esa lista de ejercicios.

Una imagen colorida de Innovamat con personajes animados en un paisaje de fantasía.

Al respecto del aprendizaje por descubrimiento, sabemos que quien crea que las matemáticas, como la lectura, se fundamenta en este aprendizaje que defiende Innovamat, confunde las capacidades de aprender con las transmisiones culturales. La transmisión cultural comenzó hace escasos miles de años sin dar tiempo para generar estructuras cerebrales programadas como el habla o el caminar.

Las matemáticas requieren su tiempo, pero con los ejercicios y extensiones de Innovamat, aprender sus técnicas de cálculo implica más cursos escolares de los disponibles. Podríamos decir que Innovamat ha creado unas aplicaciones digitales muy teóricas, pero no aplicables en el tiempo escolar disponible. Una enseñanza de conocimientos fáciles a complejos favorece las conexiones y los aprendizajes duraderos, en cambio, un aprendizaje por descubrimiento con Innovamat divierte mucho y hace creer a los padres que sus hijos aprenden mucho, pero las conexiones neuronales no son tantas.

En resumen, y al final de la conversación con el cofundador de Innovamat, Andreu Dotti, y comentadas todas las pegas anteriores, planteó ciertas propuestas algo peculiares. En primer lugar, Andreu me sugirió que las críticas expuestas anteriormente no fueran difundidas por las redes.

En segundo lugar, que si se hacía, le fueran mandadas antes para que pudiera responder con antelación. Y finalmente solicitó contactar con quienes critican a Innovamat. Mi respuesta educada y cordial fueron tres, no es dado que las redes son para responder a las críticas, siempre que sean constructivas, y que los contactos de sus detractores deben regirse por criterios de intimidad.

Sinceramente, deseo que los consejos que se le ofrecieron para ganarse la confianza de los detractores y para la mejora de Innovamat no cayeran en saco roto. Innovamat quizás devenga otro ejemplo del mantra en donde se dice que todos los docentes necesitan mayor formación pedagógica y más competencias digitales en el aula, algo que se repite cada vez que una innovación educativa fracasa sin que se tercie por medio ninguna autoculpa por parte de sus propulsores. 

El tiempo nos dirá, aunque ya llevemos más de treinta años con propuestas que deberían haber resuelto el fracaso escolar vigente y no lo han logrado.

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