
India, Pakistán y una solución con pliegue epicántico
Dos potencias nucleares enfrentadas por un viejo conflicto territorial podrían arrastrar al mundo a una crisis sin precedentes

Seguramente, con este título me he pasado de original, y alguno de ustedes ya habrá recurrido a una ayuda externa para saciar su curiosidad sobre lo del pliegue en cuestión. Para los demás, los que aún conservan un ápice de paciencia, les diré que podrán darse cuenta de la razón de la cursilada una vez terminen de leer el artículo.
Las diferencias religiosas que rompieron la India tras su independencia en 1947 se han mantenido durante casi ocho décadas en forma de crisis permanente y con múltiples incidentes, sobre todo por su disputa territorial en la región de Cachemira. Hasta la década de los 90, aquellos escarceos, lejanos en espacio de las preocupaciones occidentales, no merecían más atención de la que se presta a conflictos regionales en áreas del mundo en las que la inestabilidad no tiene un impacto directo sobre Europa o Estados Unidos.
Desde que ambos países desarrollaron armas nucleares, un hipotético conflicto armado indo-pakistaní ya no se observa como un asunto aislado y adquiría una dimensión crítica. La inevitable implicación de los competidores geoestratégicos mundiales: sobre todo China y Estados Unidos, podría convertir una escalada bélica regional en una profunda crisis mundial.

Ambos países tienen ejércitos masivos y la capacidad de movilizar cientos de miles de reservistas. En el caso de India, sus efectivos en activo superan el millón doscientos mil, el doble que su ejército rival. El gasto en defensa de ambos estados es dispar y refleja con claridad las diferencias económicas entre ambos. Así, India invierte cada año más de 80.000 millones de dólares, el 2,7% de su producto interior bruto. Pakistán, pese a implicar un mayor esfuerzo presupuestario que se aproxima al 4% del PIB, apenas consigue gastar unos 10.000 millones. La diferencia de recursos ha permitido a India emprender programas de modernización más ambiciosos.
No obstante, Pakistán ha hecho desarrollos importantes en colaboración con China, un ejemplo de ello es su flota de JF-17, avión de combate versátil que aspiraba a relevar a los F-16 pakistaníes. Huelga decir que las cifras que pueden ofrecerse acerca de las cantidades de carros de combate (3500 vs. 2500), piezas de artillería o aviación, hay que cogerlas con más pinzas que una cesta de cangrejos. La carrera armamentística, basada en la disuasión, va muy por delante de las capacidades reales de mantenimiento y logística, por lo que muchos de los sistemas de armas estarán inoperativos o con muchas deficiencias.
Es sorprendente como dos naciones con profundos problemas sociales y unos índices de pobreza insoportables, continúen despilfarrando millonadas en capacidades defensivas por la eterna disputa con el vecino.

El enfoque estratégico
Ambos países presentan doctrinas de carácter meramente defensivas, si bien, y habida cuenta de la enorme extensión de sus territorios y fronteras, han realizado esfuerzos para mejorar la capacidad de movilidad, sobre todo Pakistán que trata de paliar su desventaja en carros de combate con un parque muy superior en vehículos mecanizados y ligero-protegidos.
India ha demostrado su voluntad de realizar operaciones ofensivas mediante ataques punitivos quirúrgicos, como evidenció en las incursiones limitadas de 2016 y en el ataque aéreo de Balakot de 2019. El gobierno pakistaní, consciente de su desventaja en un entorno de guerra convencional prolongada, se ha focalizado en una doctrina que se apoya fundamentalmente en la disuasión estratégica en todos los niveles. En ella, evidentemente, no solo se contempla el empleo de medios convencionales en una defensa en profundidad, sino también una disuasión nuclear de espectro completo. ¿Qué quiere decir esto? Pues que Pakistán está dispuesta a emplear armas nucleares tácticas en caso de que una invasión india amenace su integridad. Las armas nucleares tácticas son aquellas capaces de atacar unidades militares en un espacio geográfico limitado, con una potencia también limitada, que impida la afectación a áreas urbanas y grandes masas de civiles.
En definitiva, Pakistán basaría toda su defensa, en caso de que la situación se vaya agravando, en escalar el conflicto de forma controlada, para obligar a una negociación antes de llegar a un intercambio nuclear estratégico. El intercambio nuclear estratégico, como ustedes entenderán, afectaría a ciudades, a millones de personas, y la contaminación por radiación abarcaría grandes áreas que quedarían negadas para la vida durante décadas. No hay precedentes para un escenario como ese que dejaría las bombas de Hiroshima y Nagasaki como meros ensayos históricos.

Arsenal nuclear y doctrina de uso
Eso es lo que preocupa a todo el mundo, los arsenales nucleares de ambos países. Estos son similares y rondan las 170 ojivas cada uno. Dentro de las naciones del cada vez más numeroso club nuclear, India y Pakistán son de los pocos que han incrementado sus arsenales en los últimos años. Sin entrar en más detalles sobre las ojivas nucleares, en las capacidades de los misiles que las transportan, los aviones que pueden lanzarlas en forma de bomba o los submarinos que pueden portarlas, lo realmente cierto y preocupante para todo hijo de vecino es que tienen capacidad de escabechar a la mayor parte de la población civil de ambos estados, y de paso, generar nubes radiactivas para afectar casi toda Asia y, por tanto, de forma indirecta, al resto del mundo mundial.
India tiene mayor poder militar, pero, mientras Pakistán puede volcarse en su frontera oriental, los indios deben repartir esfuerzos para contrarrestar la amenaza China. De hecho, el despliegue en el Este se ha intensificado en los últimos años. Si para Pakistán, India es su principal amenaza existencial, para India es su potencial enemigo de ojos con pliegue epicántico.

Que todo esto implica una grave amenaza para el planeta, lo entiende cualquier niño o diputado. Décadas separando la basura en contenedores de colorines, para que un cabreo entre bigotudos exóticos acabe reventando las expectativas de los grandes luchadores medioambientales.
Los riesgos reales
Sería absurdo negar la evidencia de la existencia de un riesgo real, pero también sería imprudente asustarse más de lo necesario. Pakistán e India no disponen de mecanismos de control de crisis, como los que había en la época de la guerra fría, con una línea permanente de comunicación para que una llamada recordara, al que tenía el dedo sobre el botón, que apretarlo implicaba tanto daños a los unos como a los otros.
Lo tranquilizador, si es que se puede considerar así, es que China tiene frontera con ambos, y pocas ganas de que la cosa vaya a mayores. Estados Unidos, que últimamente ha mostrado apoyo a India porque todo lo que suponga contrarrestar el poder chino les parece muy bien, también aparecería para llamar a la cordura antes de que la cosa se fuera de madre.
La desescalada, por tanto, será cosa de terceros. La ONU hará llamadas a la cordura, con el típico discurso pidiendo la paz en el mundo que haría una rubia en el concurso de Miss Alabama, y el impacto sobre los contendientes tendrá similares resultados. Serán los Estados Unidos y China los que harán el papel de mediadores por conveniencia propia.
No parece probable que alguno de los dos aproveche esta crisis o las que vendrán después para iniciar un conflicto proxy entre grandes potencias. Cuando hay armamento nuclear de por medio, todo es mucho más serio y la frivolidad se queda sin habitación. Podría ser, por el contrario, una buena oportunidad para que Washington y Beijing unan esfuerzos diplomáticos con un objetivo tan noble como el de parar un holocausto nuclear.

Si algo ha demostrado la historia es que desde que existe la disuasión nuclear, el instinto de supervivencia ha prevalecido sobre la estupidez humana, lo cual no es baladí. Los resultados de un enfrentamiento nuclear por una disputa territorial serían tan devastadores, que los competidores estratégicos preferirían cooperar antes que enfrentarse a algo mucho más serio. Los incentivos para garantizar sus propios intereses, que en este caso son los de todo el planeta, son mucho más contundentes que cualquier otro factor.
Sobre el papel de Europa hay poco que mencionar, no pasará de ser un figurante, como en casi todas las crisis que están lejos del viejo continente, pero esa es otra historia digna de ser contada.
Referencias empleadas para la elaboración del artículo:
- Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) – SIPRI Yearbook 2024. Datos sobre fuerzas nucleares mundiales (estimaciones de ojivas nucleares de India y Pakistán) Estocolmo.
- International Institute for Strategic Studies (IISS) – The Military Balance 2024. Capítulos sobre Asia Meridional, con cifras de personal militar, equipo principal y gasto de defensa de India y Londres.
- Centro de Estudios de la Academia de Guerra (CEEAG) – Bonet, L. “De Pahalgam a Operación Sindoor”. Análisis de 2025 sobre crisis Indo-Pak, con información de IISS, Global Firepower y fuentes abiertas sobre la estructura y modernización de las fuerzas armadas de India y Pakistán.
- CSIS Nuclear Network – Ashtakala, D. “The Deterrence Trilemma: South Asia’s Nuclear Landscape in 2035”. Análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales sobre doctrinas nucleares de India, Pakistán y China. Washington.
- IDN-InDepthNews – Deen, T. “India vs. Pakistan, Two Nuclear Powers, in a Potentially Explosive Confrontation”. Artículo de prensa internacional con comentarios de expertos y datos de SIPRI sobre los arsenales nucleares indo-pakistaníes. Mayo 2025.
- Agencia Anadolu – Bilgiç, B.N. “Equilibrio militar entre India y Pakistán”. Reporte comparativo de 2019 con datos de IISS sobre efectivos, equipamiento convencional y gasto militar de ambos paísesaa.com.traa.com.tr. Ankara: Anadolu Agency, 2019.
- Centro Carnegie / Ashley J. Tellis – Citado en The New York Times: “U.S. arms one side: China arms the other”. Evaluación del alineamiento de EE.UU. con India y de China con Pakistán en un contexto de conflicto. Nueva York, 8 de mayo de 2025.
- ONU (Naciones Unidas) – Declaraciones del Secretario General António Guterres instando a la moderación en la disputa entre India y Pakistánindepthnews.net. Nueva York: ONU, 2019/2020.
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