Imagen de una ventana en la celda de una cárcel con barrotes, con un lazo negro enseñal de luto en primer plano

OPINIÓN

La importancia de no olvidar a Núria, la cocinera de Mas d'Enric

Mientras que para el Govern la trabajadora de la cárcel de Tarragona ha caído en el olvido, su entorno sigue exigiendo justicia y responsablidades

La semana pasada leía un comentario en Twitter donde compañeros de Núria López, la cocinera asesinada en la cárcel de Mas d'Enric, agradecían una publicación de @Wolflenn donde se la recordaba. Estos pedían que no se olvidara a Núria, "aunque algunos no han ni pensado en ella". Escribirlo pone los pelos de punta. Imaginarse por un momento lo que debe estar pasando la familia, los amigos y los compañeros de la cocinera rompe el corazón.

El pasado jueves sabíamos que la Generalitat había retirado a 15 reclusos de la cocina de la prisión de Tarragona. Habían sido condenados por delitos violentos y ahora el departamento de Gemma Ubasart decide tomar medidas que se han adoptado también en las cárceles de Ponent y Lledoners. Existen, pues, decisiones políticas tras la muerte de Núria, aunque Ubasart dijo que no se podía haber evitado en ningún caso.

No hace falta ser demasiado inteligente para ver la contradicción del Govern. Por un lado, aseguran que los protocolos funcionaron, que su modelo es de éxito y por el otro cambian al director de la cárcel de Mas d'Enric y retiran de la cocina a varios reclusos. Es evidente que Núria seguiría trabajando a día de hoy en la cárcel de Tarragona si esta decisión se hubiera tomado hace semanas. No pasa nada por asumir la rectificación, por pedir disculpas públicas y admitir que el modelo era mejorable.

Montaje de fotos de Núria López, la cocinera que ha sido asesinada en Mas d'Enric, y de fondo un plano general de una cárcel

Eso es lo que se espera de su clase política. La manca de sensibilidad del Govern en general y de Gemma Ubasart en particular en el caso de Mas d'Enric es quizás lo que más duele. Estamos hablando de una trabajadora pública, de tan solo 48 años y asesinada en su lugar de trabajo. Uno lo que quiere es que su president, sus responsables políticos, actúen rápido, sean empáticos, tomen decisiones y pidan perdón. 

En cambio, la Generalitat tardó una semana en comparecer y diez días en afirmar que se tomarían " las responsabilidades que correspondan". Es más, durante las horas y días posteriores se amenazó a funcionarios y se les criminalizó. 

Leyendo a los compañeros de Núria en redes, servidor no puede dejar de pensar en ella y entender que sigan movilizándose y pidiendo responsabilidades. Ojalá estas elecciones del 12 de mayo sirvan para hablar más de la cocinera que ya no está con nosotros que de medidas que tan solo benefician a determinada clase política. 

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