Pedro Sánchez vestido de traje en primer plano con fondo rosa, una mano entregando dinero y otra sosteniendo un teléfono móvil con la aplicación de WhatsApp abierta.
OPINIÓN

Hay motivos para hacer caer a Sánchez

De la moción de censura al caos: así marcan la corrupción y los intereses personales la presidencia de Pedro Sánchez

Ayer domingo miles de personas llenaron la Plaza España de Madrid para censurar las presuntas corruptelas que rodean al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. En esta ocasión, después de conocer las grabaciones de la “militante de base” Leire Díez —para muchos la mujer de los trapos sucios de Santos Cerdán—, fue el PP quien citó a los españoles a la calle. Pero podría haber sido cualquier otra organización o la misma ciudadanía autoorganizada. Porque sí, hay motivos para hacer caer a Sánchez.

El actual jefe del ejecutivo español es, seguramente, el líder político que más ha engañado de la democracia. Y no solo por el “no haré” y lo que ha hecho. Cuando digo engañado, me refiero a venderse como algo y ser totalmente lo opuesto. El Sánchez conciliador, que apoyaba a Mariano Rajoy para la aplicación del 155 en Cataluña, ha mutado en un Sánchez agitador del caos, que fomenta la confrontación para mantenerse en el poder y con una actitud en ciertas ocasiones que roza la de un tirano.

Hombre con traje y corbata hablando frente a una bandera de España y un fondo azul.

Las grabaciones en las que se oye a Leire Díez confabular contra la dirección de la unidad de la Guardia Civil que investiga la corrupción socialista es una más de un Sánchez que está dispuesto a todo para seguir mandando. “No te debería sorprender”, me decía esta semana un dirigente socialista que estuvo muy cerca de él, recordándome que manipuló los votos del Comité Federal del 1 de octubre de 2016 para evitar que lo hicieran dimitir, como finalmente ocurrió.

Pedro Sánchez tiene pocos escrúpulos. Es una persona egoísta, que solo piensa en sí mismo y que se rodea de personas generalmente más mediocres, que le dicen lo que quiere escuchar en todo momento, para que destaque solo él. Y cuando alguna de estas personas empieza a despegar, sobresale, saca las uñas y lo aparta para que no le haga sombra. No soy psicólogo ni psiquiatra, por lo tanto, me abstendré de poner un adjetivo a su forma de ser. Pero estoy seguro de que hay alguno que acierta.

Si hacemos memoria y recordamos cómo llegó Pedro Sánchez al poder, con una moción de censura posiblemente justificada contra la corrupción del PP, todo lo que ocurre ahora en su entorno, desde la esposa, el hermano, el fiscal general, su exnúmero tres, la mujer de confianza de su actual número tres… solo por eso, y podríamos hablar también de decisiones políticas poco éticas con el discurso que ha defendido habitualmente, hay motivos para hacerlo caer. Para enviarlo a la papelera de la historia y decirle: tanta paz tengas como descanso dejas.

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