Guía política para 2025
En el fondo no se trata de política, sino de higiene: vamos a limpiar de una vez todo este lodazal
Como que los tiempos, por culpa de Bob Dylan, están siempre cambiando, ofrecemos a los lectores una cartografía política de lo que vendrá en el futuro, junto con nuestros mejores deseos:
- El eje Derecha / Izquierda cada vez tiene menor importancia. La candidatura de Trump se ha basado en RFK, Musk, Gobbard, Rogan, etc., todos antiguos demócratas.
- El eje Establishment vs. Ciudadanos Agobiados (o sea, la cuestión del populismo) va a pasar a ser una carta ganadora para quien sepa jugarla, tarea difícil porque las cosas se descontrolan fácilmente cuando se les dice a los de abajo que dejen de pelearse entre ellos y apunten las armas hacia arriba.
- El globalismo y la inflación son la misma cosa: las políticas expansivas de los Bancos Centrales buscan arrasarlo todo como quien allana el terreno para una nueva siembra. Recuperar el poder adquisitivo y recuperar el control de las fronteras son una y la misma tarea; dicho a la inversa, no podemos recuperar la soberanía monetaria sin la soberanía geográfica.
- Los llamados “medios generalistas” como televisiones y grandes cabeceras de prensa tradicional ya son marginales, y los llamados “marginales” (prensa digital libre, redes sociales, podcasts, etc.) son la nueva ágora de discusión. Los discursos robóticos de la vieja clase política saqueadora no resisten un minuto de entrevista con Anna Kasparian, Matt Walsh o Russell Brand.
- El Wokismo ha perdido la batalla y ya no se recuperará. Llamar a todos los hombres violadores en potencia o enseñar en los colegios la existencia de mujeres con pene conduce a la aniquilación electoral. En esto la derecha moderada (la versión light de la socialdemocracia) va a pagar sus pecados y su cobardía y no nos va a dar ninguna pena. El que tenga un mínimo de inteligencia sabrá subirse al tren ganador.
- Las armas para la rebeldía están a nuestra disposición, es hora de tomarlas: los espacios de libre online, Bitcoin como alternativa al dinero fake de los Bancos Centrales, la espiritualidad frente al vaciamento existencial de Instagram y TikTok, el respeto por la tradición propia frente la homogeneización que quiere poner un Starbucks en cada plaza, el sentido moral elemental basado en la justicia y el trabajo honesto, la reivindicación de lo comunitario frente a la atomización social del liberalismo.
Una época de tiranías disimuladas toca a su fin. Que no esperen de nosotros compasión, demasiado hemos sufrido ya. En el fondo no se trata de política, sino de higiene: vamos a limpiar de una vez todo este lodazal.
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