La gran estafa

La dirección de ERC, que no el partido, ya se ha decidido a investir a Salvador Illa. Hago esa diferenciación entre la dirección y el partido, por qué este viernes, las bases, los más de 8.700 militantes tendrán la última palabra sobre el acuerdo. Y a juzgar por la opinión de la mayoría de dirigentes, no la de Gabriel Rufián, que pregona por los pasillos nobles de Madrid que superarán este trámite sin complicación alguna, no parece que la dirección de Marta Rovira lo tenga especialmente fácil para ganar la votación.

Casi nueve horas de reunión, con dos pequeños retiros, pero sin pausa ni para comer, con nosotros (los periodistas) aguantando heroicamente bajo los 33 grados y un sofocante calor, sirvieron para constatar que ese rechazo que parece hay en las bases, existe también entre los dirigentes republicanos.

En la reunión de este lunes hablaron todos. De ahí que se alargara tanto. Y en un momento de la tarde, hasta que la Moncloa movió ficha y decidió aceptar ofrecer garantías de cumplimiento del concierto económico, quienes rechazaban el acuerdo inmediato llegaron a imponer su criterio.

Pese a que la portavoz del partido, Raquel Sans, se adelantara posteriormente que “ha sido casi por unanimidad”. Importante el “casi”.

Con el preacuerdo ya hecho y explicado verbalmente, ahora hay que ver negro sobre blanco para saber en qué se va a materializar todo. Y qué se va a cumplir y qué no. No es que uno quiera ser gafe. Pero todos sabemos lo que vale la palabra de Pedro Sánchez. La casa de ERC, los primeros.

Por eso, quizá, la militancia de ERC opte por no apoyar el acuerdo en la consulta que se celebrará telemática y presencialmente este viernes. Es importante saber lo que dice. Pues por el momento solo conocemos la versión triunfalista de Esquerra.

Y no hace ni un año, cuando pactaron la investidura de Pedro Sánchez, también parecía haber conseguido un gran tesoro y ha sido necesaria una nueva negociación para obligar al PSOE a cumplir lo ya firmado. Esto lo recordaba ayer más de un alto cargo de ERC, por cierto.

No digo todo esto por decir. Lo digo por qué hace solo dos semanas, frente a todos los consejeros de Hacienda de España, la vicepresidenta María Jesús Montero afirmó que no habría concierto económico para Cataluña. Por tanto, veremos qué es esto que nos han vendido como el gran avance en materia de financiación.

De momento, y a falta de leer la letra pequeña, sabemos que quiere decir que el Govern hará de cobrador del frac. De recaudador. Y que posteriormente transferirá al Estado lo que les diga que se les debe. Vamos, muy lejos de la soberanía fiscal que proclamaba Marta Rovira.

De hecho, a uno le parece que esta fórmula evidencia la sumisión. Es decir, a priori parece la enésima la gran estafa orquestada por Sánchez para utilizar en ERC.