Fútbol, racismo e ignorancia
A esta izquierda acomplejada y woke es a quien más le importa el color de la gente
En estos últimos días estoy viendo algo que sin duda es de las que más me molestan en esta vida. Estoy acostumbrado a verlo en boxeo, del que soy un gran seguidor y un modesto practicante, pero últimamente lo veo en el fútbol, de forma especial cuando juega la selección.
De repente, un gran número de políticos, periodistas de tres al cuarto, twitteros y otros seres de mal vivir se han especializado en el fútbol. Es curioso que solo escriben sobre ello si es la vertiente femenina, aún sigo sin saber qué tiene de especial para Irene Montero que haya mujeres en el fútbol femenino, lo raro sería lo contrario, aunque gracias a sus leyes ya puede suceder.
También enloquecen cuando marca un gol, alguien según ellos racializado, término un poco extraño para designar a todo aquel que es extranjero y no es blanco. Si eres argentino para Irene Montero y sus súcubos del Ministerio y Twitter eres poco menos que un puto facha, así que, querido amigo argentino, tú no estás incluido en su selecto club, pero sí en el de la gente normal, que está abierto para todo el mundo tenga el color de piel que tenga, porque eso solo le importa a la secta de la izquierda woke. A otros nos importa lo etnocultural, pero eso es otra historia que no voy a desarrollar aquí.
En un instante pasan de hablar las tonterías a las que nos tienen acostumbrados al fútbol, así pudimos ver a Irene Montero celebrar que dos jugadores españoles racializados habían marcado gol. No vio el partido la pobre, y sus amigos woke que se lo dijeron tampoco. Pues confundieron a Dani Olmo con Nico Williams, si el primero de ellos es racializado para Montero debería de volver a graduarse las gafas, pero no, es la ignorancia a la que nos tiene acostumbrados.
A esta izquierda acomplejada y woke es a quien más le importa el color de la gente, aunque en realidad tampoco les importa cualquier problema real que puedan tener, solo les importa cómo quedan de cara a la galería. Si no fuera así, no serían partidarios de la inmigración masiva ni de que se den nacionalidades a cientos de miles de personas al año por sus consecuencias.
Es curioso que esta amalgama de esbirros del poder solo reivindiquen a España cuando alguien negro hace algo a nivel deportivo, el resto de negros les dan igual, solo buscan la imagen para seguir perpetuando sus clichés. Estuve viendo el partido de la selección en una terraza junto a Leganés Central con dos amigos, a nuestro lado había un señor de mediana edad negro que saltó y celebró el gol de Dani Olmo como si le fuera la vida en ello, para pasar a corear a continuación junto al resto de gente que teníamos alrededor la siguiente consigna: “París es español, París es español, París es español”. Parece mentira, pero hasta este señor que no hablaba bien nuestro idioma siente más los logros de España que esta pandilla de cosmopolitas traicioneros y rastreros.
Siempre lo digo, y no me cansaré de decirlo. El principal problema que tenemos en España es la pérdida de nuestra identidad, de nuestros valores, de nuestra cultura y de nuestra esencia.
Tenemos muchas cuestiones que solucionar: seguridad, inmigración, soberanía, entre otras. Pero si perdemos en el proceso lo que somos no va a haber nada que salvar al final del camino.
Por último, me gustaría decir algo que puede ser bastante polémico, pero creo que debo de hacerlo: prefiero que la selección pierda que tener jugando a gente que no se siente española y solo está en el equipo para sacar réditos económicos. La patria es algo demasiado importante para regalársela a nadie.
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