Fuster-Fabra, o lo que hay que tener
Fuster-Fabra está personado en el caso de Tsunami Democràtic para defender a dos policías nacionales que fueron heridos por los radicales separatistas que Pedro Sánchez quiere amnistiar
En tiempos de nuevas masculinidades que consiste en señores que digan “sí, bwana” a las machirulas estilo Ada Colau, ‘progresistas’ siempre dispuestas a despreciar a los que no piensan como ellas, da gusto encontrar a caballeros andantes siempre dispuestos a deshacer entuertos luchando contra los poderosos, para defender a los débiles. Y el abogado José María Fuster-Fabra, tabarnés de pro, es uno de esos hombres que tienen lo que hay que tener: gallardía, honradez y ganas de exigir justicia.
Fuster-Fabra está personado en el caso de Tsunami Democràtic para defender a dos policías nacionales que fueron gravemente heridos por los radicales separatistas que Pedro Sánchez quiere amnistiar. Dos servidores de la Ley que no pueden seguir desarrollando su trabajo gracias a los ‘amigos’ del PSC y el PSOE.
Y este abogado defiende los derechos de estos dos agentes con una mano delante y otra detrás. También está personado en la causa de los CDR y en el caso Voloh, con una escasez de medios alucinante. Solo cuenta con el apoyo de un puñado de letrados que tienen que costear buena parte de los gastos de su bolsillo.
Hace unos días se hizo viral un vídeo de Fuster-Fabra compareciendo en el Congreso y lamentándose de cómo la Resistencia al separatismo apenas tiene recursos, mientras que el separatismo nada en oro. Se puso como ejemplo, dado que si necesita si una prueba pericial en las causas contra el independentismo se la ha de pagar de su bolsillo, mientras a los abogados de los secesionistas, muchos de ellos de bufetes de prestigio y notables honorarios, nunca les falta de nada.
Este mismo mensaje se lo escuché unos días antes en un acto que organizó el jefe de filas del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Dani Sirera. Fue en un coloquio contra la Ley de Amnistía, y se rodeó de ponentes que, en general, fueron críticos con la actitud de los políticos: además de Fuster-Fabra estaban el economista Gonzalo Bernardos y la presidenta de SCC, Elda Mata. Los tres agradecieron a Sirera su valentía.
Volviendo al tema, Fuster-Fabra, aprovechando que el acto de Sirera era en un formato más informal que la comparecencia en el Congreso, desnudó su alma y habló de la dificultad por parte de la Resistencia a la hora de plantar cara a un independentismo que no solo cuenta con todo el poder de las administraciones catalanas, sino que además cuenta con la complicidad absoluta del Gobierno de la Nación. Por supuesto, me sentí más que representado, dado que en mi labor de periodista y editor de libros críticos con el nacionalismo vivo cada día la situación que, con gran precisión, describe Fuster-Fabra.
Está muy bien que la Resistencia al separatismo esté llena de luchadores que plantan cara a pecho descubierto, y casi sin recursos, contra una poderosa armada mediática y política. Que personalidades de la talla de José María Fuster-Fabra, Teresa Freixes, Antonio Robles, Joan López Alegre, Júlia Calvet, Ignacia de Pano, Miriam Tey, Tomás Guasch, Ángel Escolano, Pepe Domingo, Salvador Caamaño, Ana Losada, Pau Guix, Javier Megino, Ángeles Ribes, Óscar Uceda, Marita Rodríguez y muchos más den la cara por nuestros derechos tiene mucho mérito.
Hay que agradecerles que tengan lo que hay que tener. Pero no estaría de más dotarle de algunos medios para que su labor, nuestra labor, pueda conseguir mejores resultados. El talento, la honradez y la capacidad de trabajo es imprescindible, pero tener recursos ayudaría bastante.
Ojalá alguien se dé cuenta en el resto de España que, sin dar la batalla en Cataluña, pero en serio y yendo a por todas, el futuro de la Nación es muy oscuro.
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