Juan Durán, Ramón Franco Y Ruíz De Alda tras la hazaña del Plus Ultra

OPINIÓN

Franco Bahamonde, el diputado de ERC

El hermano del dictador representó a Esquerra Republicana de Cataluña en las cortes constituyentes españolas desde 1931.

Imagen del Blog de Joaquín Rivera Chamorro

Ramón Franco Bahamonde era el pequeño de una familia ferrolana de marinos y militares. Siguió los pasos de su hermano Francisco e ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en la misma promoción que Vicente Rojo.

De alma inquieta y rebelde, consiguió ser aviador en una época en la que ponerse a los mandos de aquellos aparatos suponía llevar a la parca como tripulante añadido. 

Sus hazañas lo convirtieron en una celebridad, primero por su destacada actuación durante el Desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925 y posteriormente por pilotar el famoso Plus Ultra, un hidroavión Dornier que cruzó el Atlántico hasta llegar al puerto de Buenos Aires, donde una multitud entusiasta recibió a Franco, Ruíz de Alda, Juan Durán y Pablo Rada como auténticos héroes, brindándoles todo tipo de reconocimientos y atenciones de las más altas autoridades argentinas. Incluso Gardel les escribió un tango en el que ensalzaba la unión de los dos pueblos a través de esa gesta.

El recibimiento en España fue tan apoteósico como lo había sido al otro lado del Atlántico. Franco fue agasajado por Miguel Primo de Rivera, presidente del directorio, y por el mismo rey Alfonso XIII.

Sin embargo, el hermano menor de los Franco no simpatizaba en absoluto con la monarquía. Sus ideas revolucionarias estaban en línea con otros militares que conspiraban para traer la República a España. De esta manera, Ramón se alió con el general catalán Eduardo López de Ochoa, Gonzalo Queipo de Llano, Miguel Cabanellas, Hidalgo de Cisneros y una larga lista de militares que se conjuraron con las fuerzas políticas republicanas surgidas del Pacto de San Sebastián en agosto de 1930. En ese pacto, que no quedó registrado por escrito debido a que se llevó a cabo durante la dictadura de Dámaso Berenguer, estuvieron presentes fuerzas políticas catalanistas representadas por Carrasco i Formiguera y Nicolau d'Olwer por Acció Catalana, y Jaume Aiguadé en nombre de Estat Català y de su líder, Francesc Macià, que continuaba en el exilio en Bruselas después de ser expulsado de Francia tras el rocambolesco complot de Prat de Molló.

En esa reunión, dirigida por Niceto Alcalá Zamora, se sentaron las bases para un asalto al poder que planeaba combinar un movimiento militar con una huelga general revolucionaria.

Varias descoordinaciones entre los organizadores dejaron a Franco un 15 de diciembre de 1930 sobrevolando Madrid, sin apoyo de las organizaciones obreras que debían salir a las calles y con parte del Ejército en contra, lo que lo obligó a huir junto a uno de los cabecillas, el general Gonzalo Queipo de Llano, llegando ambos a Portugal in-extremis y a bordo de un avión del aeródromo de Cuatro Vientos.

Estos hechos llevaron a Franco a recalar en Amberes, donde se encontró con un Francesc Macià que lo esperaba en el puerto. El abrazo entre ambos militares (Macià era teniente coronel retirado y era conocido como el coronel Macià en la prensa extranjera) fue publicado en la prensa belga y francesa y, por supuesto, aireado en España.

Ramón Franco Y Macià en el Puerto de Amberes

Ramón Franco escribiría en su libro “Decíamos Ayer”: 

“Pude comprender que el separatismo era una de las formas que tomaba la lucha de un pueblo contra un régimen de podredumbre y cieno.  Dentro de un régimen democrático en que cada región, provincia o comarca, conserve su acentuada personalidad y su autonomía administrativa, sirviéndose del estímulo en la legislación y en la pureza de su administración, el separatismo sería una actitud suicida; es más, no podría existir”. 

Franco y Macià iniciaron una sincera amistad, siendo huésped el primero del líder catalanista. 

Los dos hombres fueron considerados héroes con la llegada de la República tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Uno acabó siendo presidente de la Generalitat después de algún “contratiempo” inicial, y el otro ocupó el cargo de director general de Aeronáutica, un puesto de gran importancia para un simple comandante.

Franco, Queipo De Llano, Largo Caballero, Nicolau D'olwer e Indalecio Prieto en mayo de 1931

Franco visitó Barcelona en virtud de su puesto y fue recibido por el presidente junto a los militares más afines a la ERC; el comandante Pérez Farrás y el capitán Federico Escofet, quienes lideraban los Mossos de Escuadra. Maciá en aquella visita manifestó a Franco que lo incluiría como candidato de ERC por Barcelona en las elecciones a Cortes Constituyentes que tendrían lugar en junio de 1931. 

Franco era de alma mucho más radical que los líderes de la República y, fue candidato tanto por Barcelona como por Sevilla en la candidatura “Revolucionaria Federal” dirigida por Blas Infante.

Finalmente, fue elegido por la Ciudad Condal y, de ese modo, ocupó su escaño con la minoría catalanista, liderada en Madrid por Lluis Companys. 

La formación de Macià protegió a Franco en algunas situaciones comprometidas en las que se vio involucrado junto al andalucista Blas Infante y algunos militares de la Aviación, pero esa es otra historia digna de ser contada.

Franco, Aiguadé, Macià, Pérez Farrás, Ventura Gassol, Josep Tarradellas y Josep Dencás, entre otros