La falsa conspiración para promocionar a Sílvia Orriols

A los catalanes nos gusta creer en las conspiraciones. Nos hace sentir mejores, más aún en el caso de Sílvia Orriols. Si a uno no le gusta el discurso de Aliança Catalana, se puede sentir mejor si piensa que hay poderes externos que la promocionan, le dan dinero y tienen intereses.

Nada más lejos de la realidad. No conozco personalmente a Orriols ni a quien manda en Aliança Catalana, aunque sé cómo funcionan los medios de comunicación y tengo claro que no hay nada de eso. Primero de todo porque el partido de Sílvia Orriols no tiene ni un duro. No les llega ni para enviar la propaganda electoral a casa, imagínense.

Es de primero de conspiración que te den dinero para tu formación política. El mínimo para pagar cuatro carteles en vallas en las carreteras y poder imprimir algún tríptico para enviar a las casas. Aliança no tiene ni eso, les llega para poco y porque sus 400 militantes pagan cuota, algunos de 240 euros.

La teoría de que un poder oculto como el CNI está detrás de Sílvia Orriols se sustenta porque ha recibido cierta atención de medios de Madrid y algunos no expresamente indepes.

Suceden dos cosas. La primera es que en Cataluña estamos tan acostumbrados a la censura, que asumimos como normal que los principales digitales y medios públicos silencien a una formación política. La segunda es que es evidente que para alguna prensa de Madrid Aliança es un fenómeno noticiable y hasta cierto punto morboso. ¿Debe negarse la de Ripoll a ser entrevistada cuando los medios catalanes la silencian? Tampoco hace falta ser tontos, la verdad.

E-Notícies inició una nueva etapa en mayo de 2023, con nueva propiedad y nuevo director. Los dirigentes creyeron que Cataluña entraba en una nueva etapa donde lo importante, lo prioritario, era la batalla cultural, como sucede en toda Europa. Justo en el mismo espacio y tiempo, Sílvia Orriols ganaba las elecciones municipales de Ripoll. Ni e-Notícies conocía a Orriols ni ella sabía quién estaba detrás del medio.

No hubo conspiraciones, nadie de Madrid llamó al director Arnau Borràs con promesas de dinero si se hablaba de Aliança. A veces, las cosas son más simples. A veces, hay medios no subvencionados que no son partidarios de los cordones sanitarios y la censura y hablan abiertamente de lo que les place. 

Sé que no es lo normal, entiendo que algunos no estén acostumbrados. En este medio escribe gente de muchos entornos que tiene una cosa en común: querer poner fin a una hegemonía progresista en cierto modo autoritaria, que decide quién puede hablar, quién puede participar de la esfera pública.

Si alguien con poder -político y adquisitivo- está detrás de Aliança Catalana, no está demasiado por la labor, la verdad. Es más, tildar a alguien de operación del Estado porque ha sido entrevistada en El Mundo es un poco pobre. Se puede cuestionar a Orriols por sus tesis políticas, por su obra de gobierno en Ripoll o por los integrantes de su lista. Ahora bien, elaborar teorías sin ni siquiera llamar a los que se acusa, es un poco pobre y demuestra mala fe.